«Moraos y Verdes», protagonistas de un sustancioso artículo veraniego

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(Salvador David Pérez González) Cuando el verano pasa ya de su ecuador, y pensar en la Semana Santa parece una loca utopía que apenas mantenemos unos pocos soñadores bajo el ardiente sol veraniego, me tropiezo con unas interesantes reflexiones que el portal cofrade malagueño «Palio de Plata» dedica a «Moraos» y «Verdes».

Su autor es el joven cofrade veleño, y «rociero» de pro, Ignacio Rangel Arias. Hermano de la cofradía del Cristo de los Vigías de su ciudad natal, además de la Sacramental de Pasión de Málaga y la Macarena de Sevilla, Ignacio es licenciado en Psicología. Se define a sí mismo como «apasionado por el arte, la historia y la Semana Santa» y «pintor y escritor a ratos libres».
A lo largo de un corto, pero sustancioso, artículo nos ofrece una visión, bastante aproximada y respetuosa, de la célebre dualidad cofrade de alhaurina. Un fenómeno que, desgraciadamente, fuera de nuestro pueblo es tan popular como incomprendido y desconocido en su verdadero origen, esencia y maneras.

«Moraos» y «Verdes», «Verdes» y «Moraos», aparecen, por el contrario, pintados por la paleta de Ignacio de una manera alejada de simplismos, pero no por ello menos colorista ni colorida. Tal vez porque en él confluyen el punto de vista del profesional, encargado de analizar el mundo del pensamiento, las emociones y la conducta, y el del hombre de letras que muestra una fina sensibilidad por las tradiciones y el pasado de un pueblo cercano que conoce, respeta y admira. Por cierto, que estos sentimientos de conocimiento, admiración y respeto por Alhaurín a los que aludo me constan desde que tuve la fortuna de conocer al autor, hace ya algunos años, cuando presenté el cartel de Semana Santa de la cofradía de la Humildad de Vélez Málaga. Una consideración que Ignacio me ha reiterado cuando, alguna vez, hemos coincidido acompañando a la Virgen de los Remedios Coronada, Patrona de Vélez-Málaga, en esa ineludible procesión de vuelta a la Ermita del Cerro de cada segundo domingo de noviembre.

Por todo lo dicho, no me resisto a compartir con los lectores de LDE Digital las refrescantes reflexiones de este artículo. No duden en saborearlo. Solos o en compañía. En la pantalla del ordenador o en la de su móvil. Bajo el aire acondicionado, en la piscina o en la playa. En un lejano hotel o camino, ya, de los barrios para acompañar a nuestra Patrona, la Virgen de Gracia. Que ustedes lo disfruten.

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