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UPyD: DECLARACIÓN INSTITUCIONAL DEL 25 DE NOVIEMBRE, DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA SOBRE LAS MUJERES.
(UPyD Alh Torre) «La violencia contra las mujeres y las niñas es una violación de los derechos humanos. Es una violencia contra las familias, comunidades, naciones y la propia humanidad, y nos exige a todas las personas, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, que actuemos contra ella».
Las palabras de Phumzile Mlambo-Nqcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, enmarcan la realidad de este grave problema. Toda niña y mujer tienen el derecho humano fundamental a vivir libre de violencia. Todo niño y hombre tienen el derecho a disfrutar de la convivencia con sus madres, hermanas, compañeras en un plano de igualdad y de respeto.
Todavía hoy se estima que una de cada tres mujeres en el mundo será objeto de violencia a lo largo de su vida. Una de cada tres chicas jóvenes será obligada a casarse antes de los 18 años. Aproximadamente 125 millones de niñas y de mujeres han sufrido mutilación genital. El rapto, la violación y el matrimonio forzado son una táctica comúnmente empleada en las guerras. La trata de millones de mujeres y niñas, particularmente la realizada con fines de explotación sexual, es una de las formas de esclavitud que todavía persiste en nuestro tiempo, increíblemente también en los países desarrollados, como el nuestro, de forma oprobiosa. Todavía hoy un gran número de mujeres, sólo por el hecho de serlo, sufren sometimiento, humillación y violencia, siendo especialmente grave la violencia en el seno de la pareja. Todavía hoy muchas de esas mujeres son asesinadas por sus maltratadores.
La sociedad debe ser activa en esta lucha no sólo al conmemorar el 25 de Noviembre o cada vez que se produce un terrible asesinato, sino de forma permanente. Las autoridades públicas, a todos los niveles, tienen que desarrollar un firme liderazgo para la prevención, protección, persecución y provisión de servicios para las víctimas. Es una tarea que debe estar en las agendas políticas de nuestro país como asunto aún no resuelto
En relación con nuestro país, para ser eficaces en la prevención la educación en igualdad es esencial. No sirve un modelo de educación «neutral», que considere que la igualdad legal es un hecho y que ya no hay que intervenir en la formación de los jóvenes. Tampoco sirven modelos de «igualdad» sectarios, que culpabilizan con determinismo a los chicos por razón de su sexo y les vuelven en contra de los principios igualitarios. La educación en los valores de igualdad y respeto entre jóvenes, es indispensable para arrancar las raíces más profundas de la desigualdad. La igualdad es patrimonio de mujeres y de hombres y va a beneficiar a ambos, debiendo formar parte del paradigma de justicia en una educación humanista.
Las mujeres víctimas de violencia de género pertenecientes a grupos más vulnerables, como las que presentan discapacidad o las mujeres transexuales, precisan que se refuercen las estrategias de protección que los poderes públicos tienen hacia ellas. Así como la formación y sensibilización de los profesionales que trabajan en el ámbito asistencial, con el objetivo de la detección precoz y de acercamiento a los recursos especializados.
En nuestro país otro de los graves retos a los que tenemos que dar respuesta con sensibilidad y recursos suficientes es la erradicación de la trata con fines explotación sexual, la esclavitud del siglo XXI, que permanece oculta y silenciada y con la que convivimos de manera vergonzosa. La atención a las víctimas de trata tiene que convertirse en una prioridad siguiendo las pautas de las instituciones democráticas internacionales.
La primera encuesta a nivel europeo sobre la violencia contra las mujeres realizada por la FRA (la Agencia de la Unión Europea para los Derechos Fundamentales) arroja datos preocupantes sobre los propios países europeos. Aunque respecto a España el Informe de la FRA nos indica que las cifras de violencia de género estén por debajo de la media de la Unión Europea, en cualquier caso son cifras demasiado altas, especialmente en el caso de los asesinatos de mujeres.
En línea con las recomendaciones de la FRA la actual Ley Integral de Medidas de Protección contra la Violencia de Género debe extenderse a todas las formas de violencia sobre la mujer. El ámbito de la ley debe incluir también el maltrato en la pareja homosexual, el acoso sexual en el trabajo, la trata con fines de explotación sexual, los matrimonios forzados de menores, la mutilación genital femenina, los abortos selectivos o el infanticidio femenino…
Resulta perentorio acometer en la actual Ley de Violencia de Género las modificaciones necesarias para erradicar su carácter estrictamente punitivo, asimétrico y poco respetuoso con la igualdad ante la ley de mujeres y hombres, especialmente en las faltas y formas de violencia menores y recíprocas, apostando por la prevención en especial en el ámbito educativo, en la cultura y en los medios de comunicación, para hacerla más justa y por todo ello más eficaz. En ello tenemos que estar de acuerdo todos los partidos políticos y la sociedad en su conjunto, mujeres y hombres.
España debe centralizar la lucha en un sólo departamento para obtener la visión holística que el problema requiere y garantizar el cumplimiento del Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia sobre la mujer y la violencia doméstica (el Convenio de Estambul), al que como Estado miembro de la UE se adhirió el pasado mes de marzo y trasponer la Directiva de Víctimas de Delitos de la Unión Europea.
La sociedad española no puede resignarse a asumir cada poco tiempo nuevos asesinatos violentos de mujeres. Ni a que la violencia soterrada destroce a personas y a familias. UPyD trabajará siempre para evitar que esta vergonzosa violencia sirva de arma arrojadiza para la guerra partidista. Y para que la lucha contra la violencia sobre las mujeres sea un elemento de cohesión de toda nuestra sociedad y una a los partidos y a la sociedad civil en la búsqueda de soluciones. Porque la igualdad es un objetivo primordial de la Democracia, de la Justicia y de los Derechos Humanos.