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(Esperanza Mena) Hoy mi charla no va a tratar de política ni de elecciones, porque ya estoy hasta las narices de tanta mentira y tanta manipulación. Por eso voy a hablar con mi «tocaya», la Esperanza, a ver si me escucha y se da una vuelta por este país empobrecido por tanto paro y tantos recortes.
Espero, mi querida Esperanza, hagas honor a tu nombre y nunca nos abandones, ya que al pobre solo le quedas tú, para no rendirse ante la adversidad y tener fe en que, antes que tarde, haya trabajo para tantos padres de familia que ni siquiera pueden llevar comida a sus hijos y tienen que buscar en Caritas o Cruz Roja el alimento imprescindible para poder sobrevivir, y algunos la buscan en los cubos de basura de las grandes superficies. ¡Qué pena de España!
Quién te ha visto y quién te ve.
Vergüenza me da de ver este panorama, mientras los ladrones y usureros disfrutan de todos los lujos de la vida a cambio de la pobreza del obrero, y lo peor de todo es que no hay quien tenga lo que hay que tener para que el pueblo salga de esta maldita crisis, porque todo el dinero se lo llevaron «calentito» los banqueros y compañía.
No quiero nunca perderte, Esperanza de los Afligidos, y que ellos tampoco te pierdan, pues como yo digo:
¡¡LA ESPERANZA ES LO ÚNICO QUE NO SE PUEDE PERDER!!