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Todos ustedes conocen, que el Sr. Bravo Sanz, me denunció por sentirse amenazado, él, que derrocha caballerosidad y cortesía en cualquier manifestación que vomita cada vez que habla, y me denunció por un mensaje de whatssap, que literalmente decía: »Yo tengo cinco hijos, dos de ellos ya mayores que están en Facebook y leen todas las porquerías y mentiras que tú escribes, te aseguro que como no pares vas a tener que darle explicaciones tú a los tuyos, al igual que hago yo con los míos, pero en este caso no voy a sacar tus cosas que las tiene, voy a sacar las de ellos que también las tienen. Tú mismo».
Como ya he manifestado en otro escrito, le envié ese mensaje, después de haberme dedicado las «borricadas» que normalmente me dedica en el grupo de Facebook, Debate Ciudadano, durante toda la jornada, pero esta vez, sobrepasando lo personal, insultando e increpando también a mi mujer.
Ante esto, y llegado el colmo de cualquier tipo de aguante, que una persona normal tendría, privadamente, le envié el mensaje anteriormente descrito, con el afán de que dejara a mi familia en paz.
Como iluso, es decir, que no se entera de nada, al igual que su «Bufoncillo» Blanco, y buscando una imputación, con el fin de que el partido al que represento en Alhaurín de la Torre, porque así lo han querido sus afiliados, 100% de los votos, me expediente y me expulse del mismo, presenta una denuncia por sentirse amenazado. La denuncia la presenta y primeramente es repartida en los Juzgados de Málaga, que se inhiben y trasladan a los de Torremolinos, incoándose, juicio de faltas por amenazas leves, que finalmente recaen en el Juzgado de Paz de nuestro pueblo.
En ese mismo momento, ya supe, que sería condenado, pues a nadie escapa, que el Juez de Paz debe su nombramiento a nuestro alcalde.
No conforme con ello, el supuestamente «amenazado», utilizó el pleno del Ayuntamiento celebrado en noviembre, para en ruegos y preguntas, y utilizando a su antojo un punto del orden del día reglado, siendo permitido por el Teniente de Alcalde entre «risitas», publicitó a su manera un mensaje absolutamente privado, y la denuncia, para a su vez utilizando la televisión local, y colocándose detrás de mi asiento, algo impensable para cualquier ciudadano, realizó su esperpento teatro, provocándome y provocándome sin cesar, hasta que, uno le tiene que espetar, la palabra que definen a las persona que no tienen vergüenza, ni la conocen, aquella, con la que muchos ciudadanos definen a este «personajillo», no solo yo. El hecho, que protagonizó este señor, fue calificado por mis compañeros de oposición, de lamentable y bochornoso, así como de los ciudadanos presentes en el pleno, fue igualmente denunciado en el mismo Juzgado de Paz, por escrito presentado días antes de que se celebrara el juicio de faltas por amenazas leves, buscando mi indefensión y alargando el mismo todo lo posible, para que estuvieran más cerca las elecciones y así perjudicarme a mi y al partido que represento, frente a los ciudadanos.
Y con tales antecedentes, el Juez de Paz de nuestro municipio, actuando en el ejercicio de sus funciones y con total imparcialidad a pesar de que haya asistido a las reuniones que se celebran en la sede del PP, de que haya participado activamente en la pegada de carteles del PP en los inicios de la campaña y de que, antes de ostentar su cargo, regentara una empresa que trabajaba para el Ayuntamiento, ha resuelto condenarme por una falta de amenazas leve y otra falta de vejaciones leve.
No se ha tenido en cuenta por el Juzgado de Paz a la hora de resolver los continuos y reiterativos «piropos» que el Sr. Bravo me ha dedicado a través del Facebook y el medio digital «Diario La Torre», no se ha tenido en cuenta los antecedentes que motivaron el envió del mensaje, ni se ha tenido en cuenta la manifiesta enemistad que el Sr. Bravo me profesa así como el show protagonizado en el pleno. No se admitieron las pruebas que se presentaron por mi parte, ni el testimonio de los testigos que aporté al procedimiento, es decir, lo esperado.
En cualquier caso, lo cierto es que la supuesta falta por mi cometida ha consistido en enviarle un mensaje al Sr. Bravo diciéndole que también él podría verse en la situación de tener que dar explicaciones a su familia si alguien le realizara a él y a su familia las dedicatorias que me ha brindado continuamente y, en llamarle «sin vergüenza». Y no hay nada más.
Por mucho que algunos se empeñen en darle mayor transcendencia a este asunto, y de tratarme como al mayor de los delincuentes, escandalizándose de forma desmesurada por ello y utilizándolo de forma totalmente interesada, lo cierto es que, insisto, no hay nada más, por ahora, sólo falta leve.
Luís Bravo ha jugado muy sucio, con insultos terriblemente duros, incluso para un político. Realizando manifestaciones totalmente fuera de lugar sobre mi y mi mujer, pero se me condena a mi, por llamarle ¨sinvergüenza¨.
Cualquiera que haya participado o que conozca las afirmaciones que sobre mi y mi familia ha realizado el Sr. Bravo en el foro del Facebook puede hacerse una idea de cómo me siento ante este circo montado, pero no voy a perder más tiempo ante este tipo de personajes que se califican a sí mismos por sus actos y sobre los que no me pronunciaren para no ser «condenado». La existencia de personajes que tienen que hacer méritos para mantenerse a él y a los suyos es por todos conocida, e incluso hay quienes pueden llegar a justificar tales actos, pero creo que existen para las personas de bien, incluso en tales circunstancias, unos límites que no deben sobrepasarse.
El tiempo pondrá a cada uno en su sitio y mis heridas y la de los míos se curaran, pero no dejo de preguntarme que aquellos que conocen realmente esta historia y que han leído y conocido las manifestaciones realizadas por el Sr. Bravo sobre mi y mi familia ¿Qué hubieran hecho en mi lugar? ¿cómo lo hubieran calificado?
Independientemente, esto no se quedará aquí, habrá segunda parte.
Ramón Guanter