Poemas al Nazareno y a la Virgen de los Dolores por Esperanza Mena

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POESIA AL NAZARENO

La noche se ha cerrado
y está temblando la brisa.
La Iglesia ya se ha llenado
por amor a Dios rendida.

De terciopelo morado
va vestido el Nazareno
y una corona de espinas
cubre su frente y su pelo.

Hacia su trono camina
a hombros de sus cofrades.
¡Arriba, mi buen Jesús,
que ya te espera la calle!

La tarde de Jueves Santo
se viste de terciopelo,
mientras las calles se llenan
con un discreto silencio.

Y con pétalos de rosas
perfuman al Nazareno.
Silencio en la plazoleta
llena de amor y respeto.

Vas bajando por las calles
con tu mirada hacia el suelo,
y tus manos sujetando
ese divino madero.

Tu rostro, dolor refleja
tu mirada dolorida.
Hay en ti, tanta bondad,
en tus manos tanta vida,

que al mirarte, Nazareno,
el corazón se me encoge
y siento que tu dolor
en mi corazón se acoge.

Mi nazareno del paso,
un año mas a tus pies
sigo pidiendo un milagro
y tú lo puedes hacer.

MADRE DOLOROSA

La noche se está vistiendo
de terciopelo morado.
María va caminando
a su trono engalanado.

Con guirnaldas de oraciones
e iluminarias de llantos,
saetas con sentimientos
y poemas mal rimados.

Ella es Madre Dolorosa
acompañada del llanto
de los fieles que la siguen
el día de Jueves Santo.

Ella es luz que ilumina,
ella es la aurora temprana,
ella es canto, y es poema
escrito en la madrugada.

Su pecho lleva una espada
clavada en el corazón
por el dolor tan inmenso
de este mundo pecador.

Dolorosa a ti te llaman
porque es grande tu dolor
de ver sufrir a tu hijo
esa tremenda pasión.

¡Que darías por quitarle
esa corona de espinas
y ese pesado madero
que en el hombro lleva encima!

Tú, mi madre Dolorosa,
espejo de la mañana,
torre de sabiduría,
azucena inmaculada.

Quién pudiera consolarte,
quitarte ese gran dolor,
reina de la primavera,
con la magia de mi amor.