Cambio climático, cambio mental

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(María Damiani) El clima de la tierra ha cambiado a lo largo de la historia. Antiguamente, los campesinos predecían el tiempo para que sus plantas y animales lograran sobrevivir a los cambios y se adaptaran a las condiciones ambientales.

En la actualidad, muchas personas viven pendientes de los cambios climáticos, del medio ambiente, de las estaciones del año y manifiestan demasiada preocupación por las enfermedades de temporada como gripes, alergias o problemas respiratorios. Existe la tendencia de siempre echar la culpa de esos males al tiempo.

¿Puede realmente el clima influir en la salud?

No necesariamente. Existe algo que siempre es válido para combatir malas influencias: dar prioridad a la manera de pensar y de vivir, reconociendo la realidad espiritual de cada uno. Si bien es relevante cuidar del medio ambiente, se debe preservar también el clima mental, es decir, un ambiente que no introduzca pensamientos amenazantes sino de confianza, ánimo y tranquilidad. Esto es vital para nuestra salud y bienestar.

¿Cómo se puede aplicar esto?

No aceptando las creencias de que el clima o la atmósfera puedan afectar o que algo tenga poder para causar una enfermedad o transmitirse de una persona a otra. Si se cambia la creencia, se cambian los resultados.

Esa manera de vivir puede ser considerada una medicina espiritual, o sea, vivir cada día con una mayor paz interior y sin miedo, sin enfocar la enfermedad. ¡Esta es una gran defensa! De la misma forma que cerramos con llave nuestros hogares, podemos cerrar la puerta de nuestro pensamiento a creer en el riesgo de contraer epidemias a causa del clima.

Es posible contemplar días soleados con la perspectiva del reconocimiento de nuestra identidad profunda con la fuente absoluta del divino Amor.

Mary Baker Eddy fue una pionera en el área de la salud y el pensamiento y sostuvo: «Los resfriados, la tos y el contagio son engendrados únicamente por las teorías humanas. La prensa, sin saberlo, propaga muchas penas y enfermedades entre la familia humana. Eso lo hace al dar nombres a las enfermedades y al publicar largas descripciones que proyectan vivamente imágenes de enfermedad al pensamiento».

Se puede notar que a veces dos personas están en una temperatura muy fría, y una se enferma y otra no. ¿Podrías ser eso porque hay en una persona la predisposición del pensamiento a creer en la influencia del clima y en la otra no? Quizás el cambio climático no haya influido en la persona que se quedó sana porque en su pensamiento no había temores y creencias autoimpuestas. Percibir que la naturaleza es una gran entidad de la creación divina, ordenada armoniosamente por el Creador lleva a la idea de estar inmune ante cualquier estación o temporada.

Algo parecido ocurrió con una amiga de Chile que sanó de un fuerte estado gripal al superar el enojo y sentirse liberada al expresar compasión maternal.

Los buenos pensamientos tienen un gran alcance y son la clave para aportar felicidad a la vida. En la totalidad del Amor sólo puede existir armonía y buena salud.

Si respiras el ambiente del Amor divino, experimentarás un cambio mental y encontrarás tu atmósfera verdadera.

María Damiani escribe acerca de la salud y el bienestar desde una perspectiva espiritual y es Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana en España. Email: spain@compub.org Twitter: @compubespana