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• El capitán del conjunto malaguista, que tras 8 temporadas se ha convertido en uno de los jugadores más emblemáticos de la plantilla, reivindicó en un coloquio con alumnos del centro el valor que la superación y el esfuerzo personal han tenido en la consecución de sus metas profesionales: «Tener que trabajar 12 horas en el campo y asistir a la escuela de noche, me hizo madurar y entender que sólo con sacrificio y constancia podría alcanzar el sueño de convertirme en futbolista profesional»
• En su intervención en las instalaciones del colegio de Alhaurín de la Torre aseguró que en Málaga ha vivido el momento más dulce de su carrera y que no le importaría «quedarse aquí hasta que se planteara el final de su carrera»
Tras un ascenso a la elite de la mejor Liga del mundo y ocho temporadas al máximo nivel, Weligton Robson Pena de Oliveira aún tiene mucho que ofrecer al equipo y a la ciudad que tanto le ha dado en los últimos años y de la que, tras lo que se desprende de sus declaraciones de hoy en el ciclo de charlas de El Pinar, no quiere desligarse; al menos, a corto plazo.
En un acto dinámico con los alumnos del centro de Alhaurín de la Torre, el capitán del Málaga CF no ocultó que sueña con grandes metas en el conjunto blanquiazul y que pese a que en su cabeza aún no figura la palabra retirada, su ilusión sería permanecer en la capital de la Costa del Sol por mucho tiempo, al menos hasta su despedida del fútbol continental.
Ante una abarrotada audiencia de estudiantes de Primaria, Secundaria y Bachillerato, que no ahorraron en preguntas de todo tipo, el futbolista carioca quiso poner en valor la importancia del esfuerzo, la disciplina y la superación diaria como base para alcanzar las más altas metas a las que una persona, independientemente de su origen o condición social, puede aspirar. En este sentido, hizo un repaso de su experiencia infantil y adolescente como jornalero en el campo brasileño y auxiliar en una granja rural, donde trabajaba de sol a sol para ayudar en la economía familiar. Después del duro jornal aún tenía que desplazarse a la escuela y avanzar en sus estudios en horario de tarde-noche. «Y luego, además, sacaba tiempo para dedicarme a mi pasión, el fútbol; y entrenar los fines de semana y en cada hueco libre del que disponía. Eso sí, en condiciones muy precarias; y con unas botas remendadas por mil partes», aseguró.
A preguntas de los alumnos, Weligton afirmó que «ningún objetivo es imposible» si se trabaja con fe en su consecución; y puso su caso como ejemplo: «Tuve que renunciar a muchas cosas y tomar decisiones difíciles. En mi primer equipo, la ficha me suponía 70 € menos de lo que ganaba en la granja; pero aposté por ello. Incluso he llegado a jugar de portero, porque a veces hay que dar un paso atrás para avanzar dos adelante».
El carismático zaguero repasó los puntos fuertes de su carrera, pasando por su salto al fútbol europeo en las ligas portuguesas y suizas; y su posterior aterrizaje en un Málaga por construir con el que logró la gloria, al dar el salto definitivo a la Primera División.
Recordó su historia infantil, la de un niño de una deprimida zona rural brasileña que con poco más de 13 años ya se había iniciado en el mundo del balompié, donde siempre soñó con cosas grandes. En este sentido, destacó el papel que su familia y las personas de su entorno desempeñaron en el fomento y apoyo de esa vocación, así como en la confianza en su potencial.
«Nunca tenía tiempo libre, pues siempre tenía que sumar a mis deberes y tareas, los entrenos. Trabajaba a todas horas, casi sin margen, dándolo todo. Es ahora, a mis 34 años cuando puedo disfrutar de una vida plena», relató, al tiempo que recordó sus duros inicios.
Los alumnos de Primaria, Secundaria y Bachillerato tuvieron la oportunidad de indagar de primera mano en sus experiencias estudiantiles; y mostraron especial interés por conocer los detalles de su paso por los distintos centros formativos y equipos donde forjó su carácter como deportista.
Weligton animó a los chavales y a sus familias a no escatimar recursos ni medios en el desarrollo formativo de sus hijos, «pues está claro que la Educación es la mejor inversión que podemos realizar en los jóvenes» y, sin duda, «la más importante herencia que les dejaremos».
‘CICLOS EL PINAR’
Con esta última ponencia del curso académico 14/15, enmarcada en el concepto de ‘centro educativo abierto’, el colegio El Pinar echa el cierre esta temporada a un ciclo de conferencias. En un tono cercano y ameno, como el empleado anteriormente por Rafael Amargo o el escritor Chris Stewart, personajes del ámbito literario, interpretativo, artístico y deportivo han acercado a los jóvenes las claves de su proceso educativo y los hechos que han contribuido a forjar su personalidad y a sentar las bases de una trayectoria profesional de excelencia.