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(María Damiani) ¿Hallar una perla de gran valor?
Es bien conocido que ciertos tipos de ostras convierten elementos extraños en relucientes perlas envolviéndolas en capas sucesivas de una sustancia llamada nácar. Cada momento de nuestra vida es un aprendizaje y es posible tal vez encontrar una perla valiosa cuando se atraviesa diferentes circunstancias. Sin lugar a dudas, es difícil para cualquier persona enfrentar enfermedades, o cualquier tipo de angustias, pero muchos desafíos pueden llevar a una transformación de pensamiento que traerá grandes bendiciones, o podríamos decir: ¡perlas de gran valor!
Jesús fue quien demostró la semejanza del Reino de los cielos a una perla de gran valor, a encontrar un tesoro escondido, el verdadero tesoro espiritual.
A veces el afrontamiento de una determinada situación parece un siglo, y aún pareciera más en lo relacionado a la salud. En muchos casos, la intensa actividad diaria, el estrés, la ansiedad y el insomnio ocasionan malestares como las migrañas. Actualmente la migraña es una dolencia que afecta a millones de personas en España.
En mi experiencia, me he dado cuenta que para sanar un dolor, hay que empezar por lo que uno piensa o siente. Porque en lo interno está lo que se debe sanar. Ese dolor de cabeza emocional tal vez puede indicar que hay que cambiar algo en el estilo de vida y replantearse algunas cosas que están en la consciencia y que es necesario revertirlas, como también dejar de preocuparse por cosas que no han sucedido o que no se pueden controlar.
Psicólogos de la Universidad de Missouri-Saint Louis realizaron un seguimiento a más de 500 jóvenes durante un periodo de seis meses y notaron que cuando la ansiedad y el sentimiento de culpa disminuían, también lo hacían los dolores de cabeza.
Otra manera, sería buscar conocer la identidad espiritual, tomando consciencia de nuestra naturaleza como reflejo de la Mente divina, pues puede ayudarnos a sanar ese malestar.
Tal fue el caso de Olga Breccia, de Argentina, que padeció de un fuerte dolor de cabeza y puedo sanar de ese malestar al comprender que no podía estar fuera de la infinitud del Amor divino. El entendimiento de que no podía estar separada del Amor disminuyó la ansiedad y la tensión y pudo sanarse de esa dolencia.
Cerrar la puerta al temor y a los pensamientos negativos hace que no tengan influencia o poder en la consciencia individual.
Pero ¿cómo es posible controlar esos pensamientos abrumadores?
Dedicando tiempo al silencio, a acallar el ruido interior, y colmando el corazón de pensamientos del Amor divino.
La oración silenciosa permite conectar con ese Amor universal y omnipresente y aliviar esos pensamientos abrumadores, porque afirma la unidad con la fuente de nuestro ser verdadero y crea un ambiente en el cual se puede sentir la presencia del bien infinito en acción. En esos momentos, el corazón y el pensamiento se trasladan a un plano que renueva nuestra perspectiva acerca de todo lo que es bueno y real y es la luz del Cristo la que reemplaza los pensamientos perturbadores por una sensación de pleno bienestar.
Aquietarse es descansar en el Amor, en un gran sentimiento de paz. En la serenidad podrás comprender lo bello y lo verdadero que es la realidad del Amor. Reclamar tu derecho divino a la salud y al bienestar te ayudará a encontrar tu curación de migrañas.
María Damiani escribe acerca de la salud y el bienestar desde una perspectiva espiritual y es Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana en España. Email: spain@compub.org Twitter: @compubespana Blog: http://saludyalegria.org