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(Susana López Chicón) Tengo intención de hablar de personas famosas de Alhaurin o que viven en el pueblo, gente que destaca por algo, por su labor, por su destino, incluso por una mala elección. Empiezo por una amiga: Monika. Y oliendo a especias Monika Rabassa resulta una atractiva mujer, apasionada por la cocina en la que siempre prepara recetas con sabor tropical.
Con ese acentito candente y musical, no hay más que conocerla para saber que es una persona puramente intuitiva, impulsiva, visionaria, inventiva e individualista. De temperamento latino ha tenido que hacer frente a momentos duros de su vida, pero ha tenido la suficiente capacidad de salir adelante.Se puede decir que aunque Manuell Marin era ya conocido como escultor en otros países, ella ha sido la impulsora de hacerlo más famoso llevando sus obras a distintas galerías.
En Alhaurín de la Torre, su lugar de residencia hay varias de estas esculturas móviles repartidas en distintas rotondas. Aún así, como suele ocurrir es más conocido fuera de España a pesar del maravilloso colorido de estos móviles que al viento van tomando diferentes formas y figuras según sean empujados por el viento.
No es raro verla embalando esculturas con destino a Estados Unidos, Amsterdan o Noruega, mientras sus inseparables Bobo y Chocolate aguardan a sus pies una caricia de su dueña que deja la tarea para lanzarles una pelota o una caricia. Y es que Monika es tremendamente amante de los animales a los que cuida incluso fuera de sus dominios, llevándoles comida o dejándoles un platito de agua. Ella sabe que son los más leales y los que siempre estuvieron a su lado en las duras y en las maduras y ahora que sus hijos son dueños de su vida en otros países, son ellos quienes le otorgan el mayor de los cariños y la más cordial y cariñosa acogida.
No hay más que tomarse un tiempo charlando con ella, para saber que posee las mejores cualidades y un corazón grande y de colores como esas esculturas que giran a su lado.
Esculturas Móviles Manuel Marin