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Nuestro punto de vista desde Izquierda Unida es el siguiente: ¿Por qué el PP de Alhaurín el Grande vota en contra de los presupuestos?
En el pasado pleno extraordinario donde se debatían los presupuestos municipales para 2016, el PP se encontraba nuevamente en una encrucijada.
Después de ser nombrado «concejal con delegación especial», con un sueldo de 1.800€ brutos al mes, lo que se esperaba de él, por parte del Equipo de Gobierno es que apoyara todas sus propuestas, incluida la del presupuesto.
Para disgusto de XAlhaurín el voto del concejal del PP es decisivo, y así lo ha vuelto a poner de manifiesto votando no a los presupuestos municipales, dejando en evidencia a Martín Serón, reprochándole su falta de diálogo.
La estrategia parece confusa y desconcertante, una de cal y otra de arena, pero no nos dejemos engañar, las elecciones generales están a la vuelta de la esquina y el PP no se puede permitir titulares que lo relacionen con Juan Martín Serón y lo que ha representado en estos últimos años.
Martín Serón en esta ocasión ha estado corto de miras, o no, siempre ha controlado los tiempos para conseguir sus fines y sabía perfectamente que antes de las elecciones generales el PP no podía aprobarle los presupuestos.
Corto de miras o no, lo cierto es que el PP ha aprovechado la ocasión para crear dudas sobre el pacto que tiene con XAlhaurín, sin embargo, el tiempo pondrá las cosas en su lugar y después de las elecciones generales veremos qué pasa:
– El PP incluirá alguna inversión vistosa y vendible en los presupuestos para poder votar abstención o a favor.
– O XAlhaurín usará la prórroga de los presupuestos para finalizar contratos o despedir a gente bajo el paraguas que le brindará culpabilizar a la oposición.
Una vez más, tanto el PP y Martín Serón van de la mano al utilizar los presupuestos municipales para conseguir fines que poco o nada tienen que ver el interés de los Alhaurinos y Alhaurinas, por un lado el PP para intentar sembrar la duda sobre su pacto con el Equipo de Gobierno y por otro lado XAlhaurín para tener la excusa perfecta para poner en marcha recortes, que de otra forma le hubiesen sido muy complicados explicar.
