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(Prensa Ayto Fuengirola) Actualmente se trabaja entre el restaurante Gavia (antiguo Bote) y el arroyo Zaragoza, lo que supone una longitud de 980 metros.
Las demoliciones están al 75% y la instalación de las redes de saneamiento, pluviales y abastecimiento se encuentra al 70%.La reforma total de la cuarta fase, correspondiente a Carvajal, afecta al espacio situado entre el antiguo restaurante El Bote y el término municipal de Benalmádena, con una superficie de actuación de 37.647 metros cuadrados.
La alcaldesa de Fuengirola, Ana Mula, se ha desplazado esta mañana hasta Carvajal junto a la concejala de Urbanismo, María Hernández, para supervisar y realizar un seguimiento exhaustivo del proyecto de remodelación de la cuarta fase del paseo marítimo, cuyos trabajos se iniciaron el pasado mes de enero y ya encaran su recta final. Y es que, tal y como ha señalado la regidora, se está actuando en la última etapa de la iniciativa, pues se han terminado otras dos anteriores correspondientes a Carvajal. La remodelación actualmente está siendo ejecutada por la empresa Probisa y una vez finalizada supondrá la culminación del paseo marítimo, una infraestructura esencial para una ciudad turística y estrechamente ligada al mar como es Fuengirola.
En concreto, Mula ha detallado que los trabajos comenzaron en enero y en su momento fue la empresa Ecisa (Compañía General de Construcciones SA) la que se hizo con la adjudicación, aunque finalmente se ha realizado una cesión del contrato a la entidad Probisa, que es la que está desempeñando las labores de reforma de este último tramo del paseo hoy en día. «Estamos encarando la fase final del proyecto y podemos ver la diferencia sustancial que se está viviendo ahora con respecto a los tramos previos. El ritmo se ha incrementado al tomar Probisa las riendas del proyecto y estamos más tranquilos. Se está trabajando simultáneamente en distintos puntos a través de varios equipos», ha explicado la alcaldesa.
Actualmente se remodela el tramo comprendido entre el restaurante Gavia y el arroyo Zaragoza, lo que se traduce en una longitud de 980 metros. Ana Mula ha informado que las demoliciones en este tramo están ya al 75% y que la colocación de distintas redes (saneamiento, pluviales y abastecimiento) se encuentra a un 70%, aproximadamente. Además, hay algunos tramos que ya disponen de bordillo e incluso el muro se ha recrecido prácticamente en todo el recorrido.
La iniciativa en esta última etapa también comprende la instalación ocho pérgolas de acceso a playas, de las que cinco ya cuentan con una cimentación terminada, unas 150 plazas de aparcamiento y una superficie aproximada de 14.800 metros cuadrados de acerado con nuevo adoquín. Asimismo, se dejará espacio para la creación de cuatro islas ecológicas. La regidora ha relatado que hay unas 45 personas trabajando (de manera gradual). «El ritmo de trabajo nos permite confiar en que las obras estén terminadas de cara a Semana Santa, lo que es nuestro principal objetivo», ha indicado Mula.
Desarrollo
Este proyecto, que fue bloqueado en 2004 por el Gobierno socialista, vio finalmente la luz gracias a la apuesta firme del presidente Mariano Rajoy. De hecho hay que recordar que las obras de remodelación de la cuarta fase del paseo marítimo, promovidas por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente, fueron adjudicadas a la empresa Ecisa el 3 de diciembre de 2014, por un importe de 2.396.183 euros y un plazo de ejecución de 14 meses, si bien esta entidad ha cedido la última parte de la actuación a Probisa.
La reforma total afecta al tramo situado entre el antiguo restaurante El Bote (Gavia) y el término municipal de Benalmádena, con un total de 1.680 metros lineales y una superficie de actuación de 37.647 metros cuadrados. La ejecución de estos trabajos se planteó en tres fases (1a, 1b y 2) de las que las dos primeras están ya terminadas a falta de la colocación del alumbrado (algo que se hará en los próximos días), mobiliario y arbolado.
La primera fase, comprendida entre la rotonda final y el cruce con Juan Balbuena, con una longitud aproximada de 260 metros, se inició en enero. A este respecto, la alcaldesa ha explicado que a falta de algunos elementos del mobiliario urbano y de jardinería, a finales de junio quedó totalmente accesible para tránsito peatonal y rodado, tras haberse realizado una renovación de la mayor parte de sus infraestructuras soterradas (saneamiento, drenaje, abastecimiento, alumbrado, telefonía y red de riego), así como del pavimento (adoquín en acerado, aglomerado para calzada y hormigón en aparcamientos).
La segunda fase estuvo situada entre el cruce de Juan Balbuena y el arroyo Zaragoza (de unos 420 metros aproximados de longitud), y se dividió a su vez en dos etapas, al coincidir las obras con el período estival y para tratar de minimizar en todo momento su efecto en residentes y veraneantes de la zona.