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(Nota de Prensa Un Sí Por La Vida) La doctora impartió una conferencia sobre alimentación organizada por «Un Sí Por La Vida».La médico de familia y escritora Odile Fernández valoriza el apoyo entre enfermos y de las asociaciones como «Un Sí Por La Vida» en la lucha contra el cáncer. En una conferencia convocada por esta organización y celebrada este jueves 10 de diciembre en Alhaurín el Grande, la granadina superviviente del cáncer, que actualmente está embarazada, explica aspectos relativos a la alimentación y las emociones para prevenir y combatir la enfermedad, y destaca el papel de estas entidades como «plus de esperanza».
«Nadie puede entender un viaje si no ha hecho antes el camino», metaforiza Fernández para ilustrar el apoyo que ofrecen las personas que también padecen la enfermedad o que la han superado. Asimismo enfatiza la importancia de las emociones y las relaciones sociales en relación con el cáncer. La doctora considera que la gestión de las emociones se debería inculcar desde la escuela. Y apunta el desarrollo de la oncología integrativa combinada con la medicina convencional para tratar el cáncer, con dietas, suplementos naturales, vitaminas, masajes, hierbas medicinales, yoga, homeopatía, meditación o técnicas energéticas, entre otras.
En el grueso de la ponencia, centrada en la alimentación, la autora de «Mis recetas anticáncer» recuerda que «cada vez hay más cáncer» y «no todo lo que se vende en el supermercado es saludable». Insiste en que padecer cáncer «no es cuestión de mala suerte», y que «influyen muchos factores, algunos más que el genético», como ciertos hábitos de vida. Sedentarismo, obesidad, consumo de alcohol, cancerígenos, estrés, dieta insana y tabaco son algunos de ellos.
La doctora recomienda dietas saludables como la mediterránea (gazpacho, pisto, boquerones en vinagre), «más platos elaborados y menos precocinados», ejercicio físico (en la medida de lo posible y en función del caso; caminar, yoga) y relaciones sociales como base de una dieta equilibrada como actualmente consideran los expertos. En una hipotética pirámide alimenticia, le seguirían las setas, los productos locales y de temporada (son los que más nutrientes tienen), tomar agua en las comidas, infusiones, frutas, frutos secos, dos o tres raciones de vegetales diarias («mejor con más variedad de color» porque contienen más sustancias que protegen de las enfermedades), aceite de oliva (evitar los fritos), cereales integrales, pasta, pan, hierbas aromáticas como sustitutivas de la sal para prevenir el cáncer de estómago, aceitunas de mesa (son probióticas), ajo y cebolla. Le siguen los lácteos (mejor yogur y queso que leche, y preferiblemente desnatados y de cabra), pescado y legumbres dos o tres veces a la semana, pollo, otras carnes y patatas.
Recomienda evitar en lo posible los embutidos, las carnes rojas y la pastelería. En un momento dado, se podría tomar jamón serrano ibérico y, en cuanto al alcohol, una copa de vino.
Fernández insiste en evitar la «fast food», las bebidas azucaradas y las harinas refinadas. No recomienda consumir más de 25 gramos de azúcar al día, el equivalente a cinco cucharadas.
El Instituto Americano de Investigación del Cáncer recomienda mantenerse delgado y evitar el infrapeso, practicar ejercicio al menos 30 minutos al día, evitar consumir alimentos muy energéticos y bebidas azucaradas, comer más y mayor variedad de verduras, frutas cereales integrales y legumbres, limitar el consumo de carne roja y carnes procesadas, limitar el consumo de alcohol (dos bebidas al día para hombres, y una para mujeres), limitar el consumo de alimentos salados o procesados con sal, no consumir suplementos vitamínicos solo para protegerse del cáncer, dar de mamar a los hijos al menos seis meses. Los supervivientes de cáncer deben seguir estas recomendaciones, según expone la doctora.