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(Prensa Diputación) La exposición cerrará sus puertas el viernes 5 después de tres meses de estancia.9.811 personas han visitado, hasta el momento, la exposición ‘Anticorps’.La muestra fotográfica ‘Anticorps’ de Antoine D’ Agata, alojada en la sala 014 de La Térmica, llega a su fin el viernes, 5 de febrero, tras tres meses de exposición. El centro de creación cultural contemporánea de la Diputación en colaboración con la Alianza Francesa de Málaga y el Instituto Francés en España, presentaron el pasado 5 de noviembre estas obras que ya han recibido un total de 9.811 visitas.
El diputado de Cultura y Educación, Víctor González, ha animado a todas aquellas personas que aún no han visitado la muestra a ver esta exposición que se encuentra por primera vez en nuestro país. Estará presente en La Térmica hasta el mismo viernes, 5 de febrero, en horario de martes a domingo de 11:00 a 14:00 horas y 17:00 a 21:00 horas.
Como explicó González en su inauguración, esta exposición muestra «la variedad expositiva que programa La Térmica, colgando en sus salas las imágenes de uno de los fotógrafos más reputados del planeta». Diez años de trabajo, en torno al espesor del mundo, su violencia y sus enormes heridas, a través de imágenes incandescentes que se ponen de manifiesto en ‘Anticorps’.
La obra destaca el trabajo documental del artista, que funde los escenarios más fríos con la faceta más íntima del ser humano, en el mundo de la noche. ‘Anticorps’ es una instalación de fotografías, una intervención que inunda el espacio expositivo. El contexto es un mundo que discrimina a nivel político, económico y social. Los seres humanos protagonistas en la obra de D’Agata aparecen borrosos, a veces desfigurados. Su obra es un compromiso de cara a la violencia de un mundo que le obsesiona y le atraviesa. Un lenguaje visual que le hace partícipe de la realidad que retrata.
Fannie Escoulen y Bernard Marcadé son los comisarios de la muestra, que se han sumergido en un corpus de decenas de miles de imágenes y textos. Ambos abordan junto a Antoine D’Agata una materia abundante, sedimentos infinitos de situaciones provocadas y de escenarios fortuitos, una mina inagotable sobre la que hace falta trabajar. El montaje, adelantan, será lo más espectacular de esta muestra junto la dureza de sus imágenes.
Su ubicación, en la sala 014 de La Térmica, da buena cuenta de la amplitud de la obra, de los entresijos de su fundamento y de la posición de un hombre que otorga a su propia experiencia, y a la del espectador ajeno, un poder de revelación. Este viaje a la deriva, consciente y deliberado, da vida a la obra para un único y mismo objeto, el objeto-cuerpo que él utiliza para transmitir la alienación contemporánea.
Lo innombrable, lo indecible, el estupor, el éxtasis, el mutismo, tales figuras revelan la relación que guarda la obra de Antoine D’Agata con la muerte, limitación a la que se dirige y contra la que se alza. «Mi trabajo no consiste en mirar el mundo, sino en buscar un modo de estar en el mundo… A menudo me encuentro con personas que ven mis imágenes y no las entienden, porque incluso en los lugares más oscuros y sórdidos hay espacio para la luz; pero mi visión del mundo es mucho más oscura, y en mis fotografías la luz no tiene cabida. Creo que ese espacio oscuro que yo veo en la gente, no es más que un reflejo de mí mismo», ha expresado Antoine D’Agata. Pero sin duda lo más impactante es el montaje expositivo de la misma, realizado a lo largo de toda la sala con una amplia selección de imágenes impresas en vinilo, superpuestas muchas de ellas con fotografías.
Antoine D´Agata
Antoine D’Agata nació en Marsella en 1961. Durante la década de los 70 participó activamente en los movimientos anarco-punk de la ciudad. En 1990, estando en Nueva York, decide perseguir su interés por la fotografía y cursa diversos talleres en el International Center of Photography con profesores como Larry Clark y Nan Goldin. En 2001 publica ‘Hometown’ con el que gana el premio Niepce al joven fotógrafo, y sigue publicando libros regularmente. Desde 2005 D’Agata es miembro de la agencia Magnum. Durante muchos años ha estado recorriendo el mundo de punta a punta, nuestro país incluido, fotografiando los ambientes más sórdidos posibles dentro del mundo de la noche, las drogas y la prostitución, llegando a malvivir durante meses con una prostituta en Camboya. Su manera de entender la vida y la fotografía le ha llevado a ser en muchos de los casos el protagonista de sus fotografías.