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(Wendy Margolese)La creciente disparidad en los ingresos de la gente es un tema candente en todo el mundo, que volvió a salir a luz recientemente debido al descubrimiento de miles de millones de dólares escondidos por las personas más ricas en cuentas libres de impuestos en un paraíso fiscal.
Según una encuesta reciente, dos tercios de los canadienses están preocupados por su seguridad económica. A pesar de los esfuerzos que hagamos por mejorar nuestra situación económica, los mercados fluctúan, los negocios oscilan entre pérdidas y ganancias, y la planificación y los presupuestos personales pueden encontrar dificultades inesperadas. Muchos de nosotros, yo misma incluida, nos hemos sentido frustrados por las impredecibles circunstancias económicas que afectan nuestra estabilidad económica y tranquilidad.
Es interesante saber que, según una encuesta realizada a consumidores en Estados Unidos y Canadá, no importa cuánto ganemos, nunca nos sentimos satisfechos con nuestra seguridad económica. La conclusión de la encuesta fue que «está en la naturaleza humana querer tener más… la riqueza es un estado mental». Richard Easterlin, economista de la Universidad de California del Sur, coincide en que, cualesquiera sean nuestros ingresos, la riqueza parece inalcanzable. Dice: «Nos adaptamos a las mejoras de nuestras circunstancias [ingresos más altos, estándar de vida lujoso] y procuramos tener más dinero».
Si la sensación de tener o no tener lo suficiente es un estado mental, independientemente de cuánto dinero tengamos o no tengamos, es obvio que si cambiamos nuestra forma de pensar podemos mejorar nuestra sensación de seguridad económica.
En momentos como este, la sabiduría bíblica puede ayudarnos a dirigir nuestro pensamiento en una dirección nueva e inspirada. Jesús aconseja en el libro de Mateo: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan». Este versículo sugiere que la seguridad y la satisfacción no se encuentran en las posesiones materiales, ni son afectadas por las condiciones que nos rodean.
Yo he visto en mi experiencia que sentirme segura y satisfecha no depende ni de los bienes que haya acumulado ni del dinero que haya ganado. Procede de una conexión más profunda con la riqueza espiritual ilimitada: las ideas y la bondad que nos confiere nuestro Creador, nuestro Padre-Madre Dios.
¿Pero qué ocurre si no tenemos suficiente dinero simplemente para llegar a fin de mes y pagar las cuentas? La riqueza de las ideas de Dios fue una solución para Robert, quien pudo mantener su seguridad económica a pesar de una desaceleración de la economía que ponía en riesgo su negocio como cuenta en su relato publicado, cuando llegó al punto de no poder pagar a sus acreedores y su negocio comenzó a caer, se tornó a una fuente segura a la que ya había acudido con éxito antes: la confianza en Dios y Su bondad.
Como estudiante de la Ciencia Cristiana, su fuente probada de renovada inspiración eran la Biblia y Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. También encontró inspiración en un pensamiento que compartió con él un compañero Científico Cristiano, de que la verdadera necesidad no era obtener dinero, sino comprender que las ideas que bendicen tienen su fuente en Dios.
Esto hizo que Robert dejara de tener temor a los registros amenazantes que aparecían en sus libros contables, y en cambio escuchara y orara en busca de ideas correctas y dirección. Pudo llegar a un acuerdo cooperativo con sus acreedores y, con el tiempo, cumplir con sus obligaciones, tras lo cual disfrutó de muchos años de éxito comercial.
En sus Escritos Misceláneos, la Eddy escribe: «Dios os da Sus ideas espirituales, y ellas, a su vez, os dan vuestra provisión diaria».
Volverse a Dios como inteligencia infinita o Mente divina, la fuente amorosa de todas las ideas productivas, abre vías de oportunidades y soluciones a problemas que quizás no hayamos visto antes. A menudo, una nueva forma de encarar un problema o una situación permite encontrar una solución que antes no era evidente. Estas ideas inspiradas de Dios siempre bendicen a otros tanto como a nosotros. Nadie queda afuera de las bendiciones que otorga el Amor divino.
Al igual que Robert, todos pueden escuchar y recibir las buenas ideas de Dios, encontrar formas de actuar a partir de ellas, y hallar satisfacción y seguridad en el proceso.
Wendy Margolese escribe para un blog comunitario de Metroland acerca de la relación entre el pensamiento, la espiritualidad y la salud, y las tendencias en esa área. Actúa como punto de contacto de la Ciencia Cristiana con los medios de comunicación de Ontario, Canadá.