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(Torremolinos Si Puede) Solo hay un camino para poder resolver la grave situación económica del Ayuntamiento. Un camino que nos han señalado los distintos especialistas con los que contamos.
Un camino que se aleja de los grandes titulares, pero ataca los problemas de raíz.
En primer lugar hay que ver cuáles son los números reales y la situación económica del Ayuntamiento, sin falsedades contables. Esto incluye: la situación real de la deuda, que vendrá reflejada en la auditoría de cuentas que está actualmente en proceso; la realidad de la tesorería, y la situación actual de los litigios que tiene el Ayuntamiento en proceso, junto con los costes que nos pueden suponer.
La deuda no puede variar según el titular de prensa que se quiera dar y si realmente se acerca a los 210 millones de euros que el concejal de economía reconoció en el último pleno es más que urgente abordarla. Lo mismo ocurre con los litigios, el gobierno actual no puede ir conociéndolos a medida que se van sentenciando en firme, debe saber cuáles hay abiertos y cuál es la probabilidad real de ganarlos o perderlos para poder hacer una estimación de cuánto terminará pagando el Ayuntamiento en sentencias judiciales. Y sobre todo es necesario saber quiénes son las personas responsables de las diferentes sentencias que por dichos litigios se ve abocado a pagar el Ayuntamiento del dinero de todos y todas, para poder pedir las responsabilidades patrimoniales que correspondan y devolver ese dinero a las arcas municipales.
Con los números que arrojen, es necesario acudir a la Dirección General de Coordinaciones de Administraciones Públicas y solicitar una reestructuración del total de la deuda. Esto nos permitiría no tener que depender de los créditos de los bancos, que ofrecen tipos de interés más elevados y tener acceso a un crédito más barato. Esto implicaría la supervisión por parte del Estado de las políticas económicas del Ayuntamiento.
Una vez conocidos los números reales hay varios ejes en los que es necesario actuar.
La primera parte es la capacidad de ampliar los ingresos del Consistorio. Ingresar más. Por nuestra incapacidad de cobrar bien, hemos dejado de ingresar más de 70 millones de euros en los últimos cuatro años. Para eso, el primer paso es recuperar la gestión tributaria, que actualmente se encuentra en manos de la Recaudación Provincial y que nos cobra más de 2 millones de euros en comisiones. Con una inversión de menos un millón de euros en formación del personal y software podemos, con recursos propios, aumentar la recaudación en torno a 4 millones de euros anuales y ahorrarnos las comisiones de 2 millones de euros que actualmente nos cobran
La segunda parte es que el Consistorio tiene que gastar mejor. Bajar el pago a proveedores a 30 días nos permitiría tener una mayor diversidad de proveedores. Así podríamos comparar precios en una variedad más amplia de empresas, ya que actualmente son pocas las que pueden soportar estar casi cuatro meses sin cobrar una factura del Ayuntamiento. Esto, junto con una mejor planificación de los contratos y un buen plan energético para reducir los costes, nos permitiría un gran ahorro anual.
El tercer paso, es una mayor profesionalización de la función pública. Nuestro grupo puso como una de las condiciones de investidura que se pusiera en marcha una relación de puestos de trabajo, que permita una mayor eficiencia en cada puesto de trabajo. Es necesario que cada persona que ocupe un puesto sea la mejor posible para dicho puesto, y que sean claras sus funciones. Otra parte importante del trabajar mejor es la automatización de procesos y la mejora de los software de gestión y entre departamentos, aumentando la efectividad y ahorrando costes. Esto nos permite también no tener que externalizar servicios contratando a empresas externas, ya que muchos de esos trabajos podrían asumirlos la plantilla del propio Ayuntamiento. El gasto en externalizaciones que es cercano a 6,7 millones, podríamos reducirlo en un 50%, esto es, podríamos ahorrarnos 3,3 millones de euros al año.
Nuestras propuestas huyen de las falsas promesas que no tienen una base económica. No son espectaculares, afirmamos sin ningún género de duda, que en menos de cuatro años podemos sanear las cuentas, tener una situación de estabilidad presupuestaria que nos permita adelantar pagos de cantidades importantes de las deudas pendientes, sin necesidad de tenerlas escondidas en los cajones. A la vez que se ponen en marcha inversiones financieras sostenibles que estén basadas en principios progresistas. Este es el único camino que se puede tomar. Al menos, de forma responsable. Ya hemos visto como el Ayuntamiento de Madrid ha adelantado el pago de 344 millones de deuda, haciendo compatible adelantar pagos con el aumento en gasto social e inversiones. Ahora le toca a Torremolinos.