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(Prensa Ayto. Alhaurín de la Torre) No exponerse al sol en las horas centrales del día, beber líquidos y prestar especial cuidado a ancianos y bebés, principales precauciones
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha activado para hoy la alerta amarilla por altas temperaturas en la Costa del Sol y en la Comarca del Guadalhorce, donde se espera llegar a los 38 grados centígrados especialmente durante el mediodía y primeras horas de la tarde. Protección Civil de Alhaurín de la Torre insiste en prevenir y alertar sobre las consecuencias del calor, sobre todo en personas en edad de riesgo, esto es, niños y ancianos. Posiblemente, el aviso se reanudará mañana viernes.
Además, se solicita a la ciudadanía que aumente las precauciones debido al peligro extremo de incendio.
Las recomendaciones de la Agrupación Local de Voluntarios de Protección Civil de Alhaurín de la Torre son: no salir en las horas centrales del día, y si no se puede evitar, caminar despacio buscando la sombra y protegidos con gorras, sombreros y abanicos; evitar el ejercicio físico intenso; beber 2 ó 3 litros de agua, zumos, infusiones o bebidas similares; no es recomendable consumir alcohol o bebidas con cafeína; las comidas, mejor poco abundantes y varias veces al día, y se debe comer mucha fruta, verdura y alimentos frescos; lo más adecuado para vestir es ropa ligera que permite la transpiración y de colores claros; y en casa, ventilar en las primeras y últimas horas del día, manteniendo las persianas bajadas en las horas de más calor.
Los cuidadores de una persona mayor deben saber que los enfermos encamados y con poca movilidad pierden más líquidos por transpiración, por lo que se aconseja reponerlos con asiduidad, cambiarles de postura muchas veces, orear las sábanas y colocar al paciente en lugares frescos.
Si vive solo, es conveniente que contacte con la mayor frecuencia posible con su familia, vecinos y amigos. Es importante reclamar asistencia sanitaria si sienten alguno de los síntomas de alerta: mareo, dolor de cabeza, vómitos o fiebre.
Uno de los mayores riesgos que suponen las altas temperaturas para la salud es el de padecer un ‘golpe de calor’ o insolación. Éste se produce cuando el cuerpo no es capaz de controlar la temperatura y ésta aumenta por encima de los 41º. En casos extremos puede llegar a ser mortal si no se trata de forma inmediata. Los síntomas son piel roja, caliente y seca, sin sudor; pulso rápido y fuerte, dolor palpitante de cabeza, mareo, nauseas y confusión, y pérdida de conciencia.
Ante una situación de este tipo, hay que requerir a los servicios de urgencia sanitaria y, entre tanto, intentar reducir la temperatura de la persona aquejada por el mal: colocarla a la sombra o llevarla a un recinto con aire acondicionado, mojarla, cubrirla con una manta empapada en agua fría, hacerle beber líquidos (nunca alcohol). Si se producen vómitos, hay que colocar al paciente de costado. Otra de las posibles consecuencias es el agotamiento por calor, que se caracteriza por exceso de sudor, calambres, palidez, cansancio y vómitos. En estos casos resulta eficaz beber mucho líquido, darse un baño con agua fresca, ponerse ropa ligera y descansar en un lugar fresco.