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PARA IZQUIERDA UNIDA LOS CONFLICTOS LABORALES EN EL AYUNTAMIENTO SOLO TIENEN UN PERDEDOR: EL PUEBLO
(Nota Prensa Izquierda Unida) Los diversos conflictos laborales existentes en el Ayuntamiento son consecuencia de una política laboral de décadas en las que ha primado la falta de transparencia y objetividad.
Los últimos acontecimientos acaecidos en el pueblo entre la Policía Local y el Equipo de Gobierno son muy graves, pues suponen una desautorización en toda regla del Equipo de Gobierno a quienes tienen que velar por el cumplimiento de la ley.
Como en otras ocasiones, IU manifiesta su apoyo a las reivindicaciones laborales de los trabajadores, aunque hace hincapié en la necesidad de mesura por parte de todos.
El diálogo y la negociación son las únicas salidas para esta situación a pesar de que hasta ahora el Equipo de Gobierno no ha demostrado capacidad de diálogo sino más bien todo lo contrario.
Desde hace años Izquierda Unida viene denunciando la política laboral del Ayuntamiento . Esta política, impulsada por Juan Martín, se ha caracterizado por la falta de igualdad y transparencia, la ausencia de un catálogo de puestos de trabajo, la eliminación de las plazas de funcionario y una negociación colectiva basada en la amenaza de despido. Esto ha derivado en la formación de una plantilla formada por cientos de trabajadores precarios, constantemente pendientes de la renovación de sus contratos y una política de contratación opaca que favorece un descarado enchufismo. A esto se une un abuso de determinados complementos de «productividad» y del uso ilegal de las horas extraordinarias. En estos momentos, esta política laboral está dando señales de agotamiento y comienzan a surgir conflictos, más allá del de la Policía Local, que están mermando la calidad de los servicios y un coste económico para el pueblo.
En relación con el conflicto de la Policía Local con el Equipo de Gobierno, Izquierda Unida quiere denunciar el uso que del mismo está haciendo el Equipo de Gobierno para enfrentar a los policías locales con los vecinos. Las declaraciones públicas de la alcaldesa buscan desautorizar a unos trabajadores públicos que desempeñan una labor delicada y que, ningún momento, debe utilizarse como arma en lo que es una mera negociación de carácter laboral. Quieren hacer creer a los vecinos del pueblo y al resto de los trabajadores que estos funcionarios solo pretenden alcanzar mejoras económicas. Sin embargo, esto es así. Estos trabajadores reivindican unos derechos y unas condiciones, recogidas en la ley, no solo para ellos sino para el colectivo de trabajadores y trabajadoras del Ayuntamiento. Los demás compañeros deberían ser conscientes y reconocer y valorar esta lucha porque la están haciéndolo en beneficio de un colectivo que en su gran mayoría no tiene capacidad de hacerlo dada su condición de precariedad laboral. La lucha de hoy, como tantas veces ha demostrado la historia, beneficiará a la mayoría, demasiadas veces silenciosa y coaccionada.
Nos parece gravísimo lo ocurrido a raíz de unos incidentes producidos el pasado viernes durante la Noche en blanco. La actuación de la Policía en la madrugada del viernes al sábado pudo ser desafortunada por las formas pero no en el fondo, puesto que lo que hicieron fue cumplir con su obligación de velar por el cumplimiento de la ley, que en este caso establece la necesidad de compaginar el desarrollo de una actividad comercial y de ocio con el derecho de los vecinos al descanso a partir de una determinada hora.
Que con el fin de desautorizar a los policías locales el Equipo de Gobierno consintiese que ninguna de las patrullas de polícía no estuviesen presentes en el pueblo (una fue enviada a Villafranco hasta las tres de la madrugada, y la otra en la comisaría) es una auténtica barbaridad, un abuso de poder y lo que es más grave, puso en peligro la seguridad de las personas que, en la noche del sábado, acudieron a la zona del Camino de Málaga. Y si eso es gravísimo, lo que resulta más bochornoso es la actitud del Equipo de Gobierno, que acudió al local afectado el día anterior, a una hora en la que éste debía estar cerrado, para transmitir la idea de que ellos son los únicos capaces de poner orden y «meter en cintura» a los policías. Con gestos como este, el menosprecio hacia los agentes de autoridad que se transmite a la ciudadanía es muy grave e irresponsable. No es la actitud que se espera de unos cargos públicos y de unos gestores que deben velar por la armonía en nuestro pueblo.
Izquierda Unida una vez más, reitera su apoyo al colectivo de trabajadores del Ayuntamiento puesto que considera que reclaman unos derechos que le pertenecen. Además insistimos en la necesidad de cambiar en profundidad la política laboral del Ayuntamiento para que cumplan los principios de igualdad, mérito y capacidad; y para que la negociación se produzca desde el diálogo y la negociación y no desde la imposición y la amenaza. Todo esto será posible siempre que haya interés y capacidad por parte del Equipo de Gobierno, cosa que hasta ahora no han demostrado.