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(Comunicación Nuestro Padre Jesús Nazareno) La Misa de Imposición de la Ceniza celebrada ayer miércoles, 1 de marzo, marcó el inicio de la Cuaresma para los miembros de nuestra Real Hermandad. Nubes de incienso, luz tenue, cera de color rojo parpadeando sobre los ciriales y un elegante exorno de siemprevivas moradas invitaban al recogimiento y la oración.
Un recogimiento y una oración que se reflejaban en la sobria y magnífica indumentaria que presentaban Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima del Mayor Dolor, que vestida de hebrea abandonó su hornacina para situarse, alegóricamente, delante del altar mayor y a los pies del camarín de «Padre Jesús», como Mediadora universal entre Dios y la Humanidad.
Cuando pasaban cinco minutos de las 21:00 horas daba comienzo la Eucaristía, celebrada por el Rvdº. P. D. José María López Vega O.A.R., que vestido con los elegantes ornamentos morados propios de este tiempo litúrgico estuvo auxiliado por dos monaguillos, otra de las novedades de la noche, dirigiéndose a los hermanos y hermanas de Jesús, que llenaban por completo San Sebastián para invitarles en la homilía a practicar las virtudes teologales de la Fe, la Esperanza y Caridad.
Previamente a la comunión, el sacerdote realizó la imposición de la ceniza, un rito que marca el período de preparación espiritual de los católicos para la Pascua y que comenzó con la bendición de las cenizas, elaboradas con la quema de los brotes de olivo portados en la procesión del Domingo de Ramos.
En la despedida, nuestro Hermano Mayor se dirigió a los presentes para invitarles a prepararse con intensidad para vivir una Semana Santa en la que conmemoraremos el LX Aniversario de la recuperación de la Semana Santa y el XXXV Aniversario de la Bendición de Nuestro Padre Jesús Resucitado, animándonos a celebrar el Perdón y preparar nuestros corazones para el gran día de la Resurrección.
Para cerrar la noche, tuvo lugar en el camarín la bendición de la túnica de Cuaresma realizada en terciopelo morado, sin bordados, para nuestro Sagrado Titular, la cual ha sido donada por D. Víctor Manuel García Santos, recuperando una añeja estética de Nuestro Padre Jesús Nazareno, acorde con este tiempo litúrgico, y que pudo contemplarse por última vez a finales de la década de 1960.