Una avalancha de pánico. Meditar sobre nuestra Semana Santa.

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romanPERIODICO

¿Mejoramos la seguridad o nos dejamos llevar?
No sé si será precipitado negar el paso a las promesas detrás de Jesús Cautivo, aunque igual también hay que analizarlo con calma a partir del próximo lunes 17 de abril, ya que pueden surgir alternativas razonables, pero queda claro, que el horario no es un problema en este aspecto tal y como señalaba la pasada madrugada, D. Ignacio Castillo en su cuenta de twitter. Es más, el riesgo hubiera sido mayor en horas más tempranas que de madrugada, cuando hay menos gente y van quedando menos penitentes que en algunos casos, se salen tras pasar por el Recorrido Oficial.

D. Ignacio Castillo (Hermano Mayor de la Cofradía del Cautivo), se precipitó en sus declaraciones ante el estado de nerviosismo que la situación propició.
El problema es en este caso la gran masa de gente que durante el discurrir de la procesión, se ve envuelta en un tándem público – penitentes. Habrá que replantearse desde ahora mayor seguridad entre la promesas de los cortejos, especialmente en las del Cautivo.

Igual habría que estudiar ahora que se avecinan tiempos de cambios en el recorrido oficial, la implantación de un sistema de alquiler de sillas con abonos más baratos y la reorganización de toda la zona entre las curvas de Ollerías y Tejón y Rodriguez hasta la Tribuna de los Pobres.

El Jueves Santo, dentro de apenas 48 horas, volveremos a presenciar espectáculos lamentables, por ver pasar a La Legión. La caterva social genera psicosis y pánico entre la muchedumbre y son un peligro en los eventos masivos. Solo sirven para alterar el orden público y propagar malestar entre el público cofrade que tranquilamente desea disfrutar de los diferentes cortejos procesionales.

Esta caterva sobra en las grandes citas de masas, sobran en ferias y conciertos, sobran en carnavales y también sobran en nuestra Semana Santa. A esta morralla callejera hay que dificultarles al máximo los accesos allá donde puedan generar crispación y malestar. Alterar el orden público por ver un santo o aplaudir a un legionario debería salir más caro. Es más caro lo que ocurrió ayer, por ejemplo, con estandartes y demás enseres despedazados que pudo haber sido peor, que aumentar el presupuesto en dotar de más vigilancia en las calles que especialmente tienden a ser conflictivas. Sale más cara una avalancha innecesaria que alquilar abonos en esas zonas conflictivas mediante un nuevo sistema de alquiler de asientos con mecanismos más eficaces de seguridad.

Repensemos cómo evacuar a la multitud sin olvidarnos de las personas con movilidad reducida, ni de los pequeños que viven sus primeras procesiones desde sus carritos, ni de las personas con discapacidad o de las personas mayores que cuentan con mucha menor agilidad en el momento de un caos. Repensar o no repensar nuestros cortejos. Meditar o no medita sobre nuestra Semana Santa y la seguridad a la que todos, sin excepción tenemos derecho como ciudadanos. No se asusten de la caterva, sean valientes. Las Administraciones Públicas y la Agrupación de Cofradías, tenéis el apoyo unánime de todos los cofrades decentes que deseamos una mejor Semana Santa con mejor clima social y mayor seguridad por las calles. Todo es complicado pero nada de esto es imposible.

Ha tenido que ocurrir esto para que reflexionamos todos un poco.

Feliz Martes Santo
Román Serra