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0. No podemos juzgar, al menos yo, a una persona, a un escritor, que intentó descifrar lo que somos, todo ser humano, que intentó descifrar, lo que es España y las Alpujarras, que intentó olvidar y obviar, el trauma de la gran guerra, la que iba a ser la última, pero tampoco, podemos olvidar los claroscuros de toda vida-existencia, y Brenan los tuvo, quizás, en el ideal, la ética y la estética, deberían ir unidas, pero en general, en los humanes, son dos caminos, que se cruzan, por desgracia, pocas veces. Tú puedes tener los mayores ideales del mundo, pero si vas dejando a “Julianas” en situación “temblorosa-límite”, pues…
1. Edward Fitzgerald Brenan (Gerald Brenan), Sliema, Malta, 1894, + 1987, Alhaurin el Grande, Málaga, España. Como toda persona, como todo escritor tiene sus claros y sus obscuros, por tanto, intentaremos hacer una cata, en un autor y en una vida y en una obra, que pueden enseñarnos algo, algo de nosotros mismos, algo de la sociedad.
– Nos dice que vino a España, buscando la soledad, quizás huyendo del recuerdo de la guerra y sus consecuencias, y según buenas-malas lenguas tuvo, unos, dicen varios hijos, otros dicen, muchos hijos de distintas madres, sin haberse casado con ninguna de ellas. Lo que ya nos sitúa, siempre en el problema eterno, toda persona “es como una doble mirada-hoja-perspectiva, por un lado, el idealismo-utopismo-teorizaciones que representa, y otra, segunda, diríamos lo que hace”. En algunos casos, se produce cierta armonía, por lo general, existe cierta desarmonía. Entre autores y escritores y artistas, el desequilibrio suele ser bastante importante y demasiado frecuente.
– Brenan, como escritor y observador, como hispanista se planteó el enigma de España, que él en un famoso libro, tituló: El laberinto español. Quizás debamos aceptar, y casi cada generación, lo muestra-demuestra que España es un enigma-misterio, para los propios españoles, y un misterio-enigma para los foráneos. Quizás, no sepamos lo que somos, porque no somos capaces de saber lo que queremos ser, y no sabemos lo que queremos ser, porque no sabemos lo que somos. Quizás, en vez de mirar, todos juntos, con pequeñas diferencias, hacia fuera y hacia el futuro, siempre nos estamos mirando hacia dentro y hacia el pasado. Quizás.
– Es autor de una biografía de San Juan de la Cruz, donde reflexiona sobre esta figura, pero quizás, en el fondo se está planteando que somos los de la Piel de Toro, es como si estuviésemos formado por dos palos de una cruz, un eje horizontal y otro transversal, por un lado, “desde la inmanencia, una constante búsqueda de lo que somos nosotros mismos, en esta tierra-paisaje-historia”, y por otro lado, “un eje vertical, siempre anhelando el Ser Trascendente”, y entre esos dos ejes, se conforman lo que somos-deseamos. Quizás, esto tan sencillo-complejo, es muy difícil, ser entendido por nosotros mismos, también, por los que vienen de fuera.
Acaso en Juan de Yepes-Juan de la Cruz, encontró una figura, que en su ser, unía todo lo que en él estaba desabrochado-desequilibrado, su persona y su mensaje y su vida, coincidían, eran armonía, su vida y sus ideales y su moral caminaban juntas, lo Trascendente y lo Inmanente, en Juan de Yepes, iban en conjunción. Quizás, esta figura le resultaba enigmática, teniendo en cuenta, que vendría de una tradición anglicana, no católica.
– Quizás, su profunda realidad, entidad constitutiva de su ser era el viaje. Escribió unos cincuenta libros, la mayoría de viajes, y desde el primer viaje, donde huyó de su casa y andando pretendió ir a Oriente, andando, diríamos que esencialmente, pasó su vida yendo de un lugar a otro. No sabemos si buscaba algo, si huía de algo, de si mismo o de la civilización occidental, si buscaba en lo primitivo o menos desarrollado la verdad, o si la vida le parecía más barata y también más accesible ser importante, ser llamado Don Gerardo, o todas las cosas a la vez.
Quizás el viaje entendido como metáfora-paradoja-entidad de la vida-existencia. No debemos olvidar-obviar, que esta generación de escritores, que participaron en la primera guerra mundial, quedaron traumatizados para toda su existencia. Autores y personas que tuvieron que sufrir de manera directa-indirecta, las dos guerras mundiales, la guerra fría y todos los conflictos del siglo veinte, sea en primera persona, sea como viajeros-oidores-visitantes-escuchadores. En definitiva, se tuvieron que plantear cual era la esencia de la humanidad y de lo humano. La famosa condición humana.
– ¿Qué es una tierra-paisaje, qué es un ser humano o un colectivo de seres humano en una tierra-paisaje? ¿Cómo influye el hombre y el grupo en la tierra-paisaje-historia de esa tierra, y cómo condiciona la tierra en el colectivo humano y en cada individuo…? ¿Qué son las Alpujarras, que son los hombres y mujeres de esa tierra, en su historia y en su momento de cada generación, en la época de Brenan? ¿Qué era Brenan en esa tierra…? ¿Qué son las Alpujarras, que es la Mancha, qué es la Alcarria, qué es tu comarca-rincón-trozo-terruño, tenga el nombre que tenga, que somos en ella, y qué es ella en nosotros…?
¿Toda tierra-terruño está dentro de un Estado-Historia, y el Estado es el conjunto de todas las comarcas-terruños-tierras y de toda su historia-Historia, el Estado es en definitiva, la Suma Organización Sociopolítica humana, hasta ahora inventada-descubierta-diseñada, o que nos ha llevado la evolución natural-humana…? ¿Somos en el Estado, nos diría Hegel, somos lo que sea nuestro Estado, en gran medida, podríamos interpretar nosotros? ¿De ahí han nacido tantas diversas interpretaciones de la tierra-comarcas-región y del Estado en la Piel de Toro, durante siglos, y de ahí quizás que Brenan no entendiese, en el fondo, lo que es España, o quizás, la entendió mejor que nosotros mismos…, o a medias, algunos aspectos sí, algunos aspectos no…? ¿Qué nos diría Brenan del momento presente…?
– Quiso ser escritor, dice él mismo, sabiendo que tenía poca cultura-educación reglada, y basándose y leyendo los dos mil libros que disponía para ser escritor. Buscó España, porque pensó que al ser neutral, y porque era barata, y fue a Granada, según indica, teniendo en cuenta, o viendo, unas postales de Granada, que su abuela había traído de un viaje. Y se quedó, alternativamente y durante mucho tiempo, a trozos podríamos decir, en las Alpujarras, quién sabe, en el fondo, en su fondo por qué, quién sabe, si el mismo Brenan sabía, sabía de verdad, por qué se quedaba de vez en cuando en las Alpujarras, durante lustros…
2. Quizás, todas las personas, todos los que sean artistas-escritores-científicos-filósofos-teólogos o sean aparceros-abogados-médicos-mecánicos-auxiliares-porteros, todos los humanes, deberíamos aprender, de este escritor-autor, que bien es que cada uno arrastre, de buena manera o de mala, sus propios traumas-heridas-historias-lamentos-sufrimientos, pero que no tenemos derechos, de crear-criar en otros, ser causantes esenciales, de otros traumas-heridas, a otras personas, que la rueda del sufrimiento de Buda, todos tenemos derecho y deber, de irla cortando. Que para curar nuestra herida, no tenemos que causar otras heridas a otros seres más indefensos-débiles que nosotros, que para curar nuestra herida, en el caso de Brenan, de su infancia-familia-adolescencia en su casa, ya que huyó de ella, de la gran guerra, que salió profundamente consternado, no debió de crear otras heridas, en mujeres pobres, en un país pobre, en una comarca pobre, en un paisaje pobre, lleno de jóvenes y pobres e incultas “Julianas…”.
Aquí mi modesto recuerdo y saludo a Brenan, pero mi homenaje a las Julianas que fue dejando y, a sus supuestos retoños… Esperando y deseando que los nuevos Brenan, que nacerán y que están pululando por el mundo, y los nuevos que vendrán, practicando un arte o un saber u otro, vivan con más armonía-acuerdo-equilibrio la estética y la ética.
http://personal.cim.es/filosofía © jmm caminero (10 julio-29 septiembre 2017 cr).
Fin artículo 948º: “Solitarios: Gerald Brenan”.