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(Esperanza Mena) Hoy quiero confesar que estoy algo cansada; (algo no, muy cansada) de estos políticos corruptos que dirigen España.
No suelo hablar de política, pero sin que sirva de precedente voy a dar un repaso por esta mal llamada democracia, pues de ella solo queda el nombre y unas cuantas tontas como yo que tienen fe y esperanza en que algún día haya un gobierno que de verdad gobierne en beneficio de todos.
Ya sé que es soñar por soñar, pues mi marido tiene razón cuando me dice que el partido político que yo quiero nunca existirá. ¿Y yo me pregunto? ¿Es tan difícil olvidarse del poder y del dinero? Parece ser que sí; solo importa el maldito dinero y el sentirse poderoso, mientras el pueblo busca desesperadamente un trabajo en condiciones que le permita vivir con dignidad.
Con razón hay cada día más ricos y más pobres, y los jóvenes preparados tienen que emigrar a otros países donde reconozcan su valía, pues aquí nadie se preocupa de una buena enseñanza y una buena sanidad; solo quieren privatizar y dar mas dinero a los ricos y poderosos.
¡Qué pena de España! Entre políticos corruptos y nacionalistas, ya casi no queda nada de esa en la que nunca se ponía el sol. La luchadora, la superviviente de guerras y fratricidios, la del hambre y la miseria que parecía que ya lo habíamos desterrado… Parece que no es así; solo tenemos que ver por las noches a las puertas de los supermercados cuánta gente espera con paciencia a que tiren la basura para llevar a sus casas algo de comer.
Sigo pidiendo al Señor de los espacios infinitos que nos mande unos gobernantes (sea del partido que sea) que miren menos por sus intereses y más por el pueblo llano, que en definitiva es quien puede levantar esta España nuestra.
Así sea.