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El Victoria Kent salió del vestuario dispuesto a todo. Desde el primer minuto los (muchos) aficionados que se desplazaron al Blas Infante vieron a un equipo con las ideas muy claras. Y no es que Bujalance no supiese cómo hacerlo. Pero iba a ser el Kent el que, al menos en el inicio, iba a decidir cómo se iba a jugar. El ritmo alto fue a más hasta alcanzar un nivel frenético, excelso, superlativo, con un equipo dispuesto a tener la posesión y a hacerse dueño de un ataque posicional excesivamente plano y tibio frente a otro mucho más vertical, incisivo, sangrante.
Pero el primero de los goles no iba a llegar en un ataque rápido ni en un contragolpe, sino de estrategia. Jugada calcada al primer gol de Claudio contra Peligros, pero ahora con otro protagonista: Juanillo, que aprovechó un bloqueo para encontrar el espacio y rematar el balón a la red. Y poco iba a tardar en hacer el segundo, apenas un minuto después, otra vez Juanillo iba a definir de la mejor forma posible para ampliar la ventaja en el marcador. 2-0, una afición entregada y un equipo en pleno éxtasis que poco iba a hacer por frenar esa situación de superioridad ante un Bujalance desbordado que intentaba salir de un pozo que aún tenía fondo.
Fondo al que los cordobeses no iban a llegar. Porque entre la inercia del resultado y el insoportable ritmo que había impuesto el Kent y que ya no iba a poder mantener a esa intensidad, los visitantes encontraron un respiro y con algo menos de dificultades se iban a acercar a la portería defendida por Luna. Hasta que en el minuto 13 Dani Flores se encontró un balón en el área y no desaprovechó la oportunidad de hacer el primero para los suyos, que iban a lograr empatar el choque tras un disparo lejano de Nono que sorprendió al meta local. Un resultado que hacía justicia tras el dominio abrumador del Kent al principio y la gran respuesta de los visitantes, que hicieron que los locales acabaran el primer tiempo pidiendo el descanso.
Después de los primeros minutos de segunda parte, una cosa quedó clara: el partido se iba a decidir por detalles. Uno o los dos equipos iba, por fin, a puntuar. Probablemente, si estuviese la posibilidad de invertir en una casa de apuestas, la cuota más baja hubiese sido el empate, aunque con mejores sensaciones para Bujalance, que parecía sentirse algo más cómodo. Pero esta cuota hubiese variado tras el gol de Curro. Jugada sensacional entre Ávila y este último, paralela incluida, para remontar un partido que se había puesto francamente difícil al principio.
Pero el Kent apenas iba a tardar en remontar. Prácticamente un minuto más tarde apareció Olea para volver a poner las tablas en el marcador tras un gran pase de Da Silva al segundo palo que iba a colar en la portería defendida por Coleto el exjugador del Atlético Torcal. Ambos equipos volvieron a buscar el gol que, una vez más, desequilibrase la balanza. Pero no iba a ser el día para los de Córdoba, que iban a ver como los de Alhaurín de la Torre remontaban con otro gol, o golazo mejor dicho, de Olea, que no se lo pensó para conducir por el costado derecho y, de puntera, marcar el cuarto y definitivo tanto.
Juanma, el entrenador visitante, buscó la reacción con el juego de cinco pero se quedó sin premio. Tan solo encontró la expulsión por doble amarilla de Peñalba, capitán y figura clave de Bujalance, a falta de doce segundos, aunque ni siquiera esa acción iba a empañar un emocionante y vibrante encuentro que se decidió al final y que permitió al Victoria Kent sumar sus primeros tres puntos del curso.
El conjunto amarillo ya sabe lo que es ganar. La ansiedad de ver el 0 en el casillero correspondiente a los puntos ya es historia. Algo que el propio Bujalance, entre otros, todavía no puede decir. Qué mejor forma de encarar el derbi contra la Coineña de la próxima semana que después de haber ganado por primera vez. Un derbi con muchas caras conocidas que, seguro, no decepcionará.