Tiempo de lectura aprox: 47 segundos
La abubilla o gallito del campo como se le conoce en nuestro Valle es un ave migratoria. Se reproducen muy bien en nuestro entorno, buscan su alimento en bosques claros, zonas con frutales y campos cultivados.
Con su largo pico consiguen sacar de la tierra y troncos secos, gusanos, larvas, lombrices etc. Una de las características en su alimentación, es la ingesta de gusanos de la procesionaria, en estado de crisálida. Por ello es una especie esencial en zonas de pinares.
Su plumaje puede variar desde un pardo rosado a un canela oscuro, con las alas y la cola listadas de blanco y negro. Está dotado en la cabeza de un penacho de plumas eréctiles como un abanico, pero casi siempre la mantiene cerrada. Mide de 25 a 29 cm de largo. Su envergadura de alas es de 44 a 48 cm. Suelen anidar en huecos de árboles viejos, troncos de olivos, cavidades de casas viejas, grietas entre las rocas y montones de piedras.
La abubilla no suele retirar los excrementos de las crías del nido y huele muy mal, lo que le sirve de protección contra los depredadores. Además, los pollos cuando notan que algo se acerca al nido imitan el sonido de las serpientes para atemorizar al intruso.
La incubación dura 18 días y solo es la hembra la que permanece en el nido. Las crías lo abandonan a las 3 o 4 semanas, llegando a veces a sacar hasta dos nidadas.
Texto y Fotos:
Paco Pacheco