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Hay temas que son enormemente difíciles de tratar, y hay temas que por sí solos, no gustará ni a unos, ni a otros, hay temas que en sí, producen aversión y adversidad. Uno de ellos es éste. Uno, como modesto articulista tiene la obligación de analizar temas diversos, aunque sea livianamente, porque ese es el deber, por otro lado, en ningún momento, el redactor se cree superior moralmente a nadie, porque una cosa es la teoría y otra la práctica, pero desde luego, el intelectualismo moral de Sócrates, aunque no sea totalmente exacto, si hay que decir que es el primer paso para una moralidad más correcta.
Creo que vivimos en una sociedad, que grandes capas de la sociedad, no conoce teóricamente, lo suficiente, el bien y el mal moral, la moralidad y la inmoralidad o amoralidad o antimoralidad. O dicho de otro modo, no me lapiden, que muchos sectores de la sociedad, no conocen correctamente una ética correcta en la teoría, ni menos en la práctica.
– Lo primero que debemos plantearnos y, nadie negará, es que existen formas de realizar actos más correctos que otros, diríamos en su eficiencia técnica o conceptual, conducir un coche de forma más correcta o menos, técnicamente hablando. Y así en cientos de realidades y entidades sociohumanas. Esto nadie lo niega, supongo.
¿Pero existen formas de realizar un acto, mejor o peor moralmente o existen actos moral o éticamente correctos, teórica y en la práctica, o si se quiere existe el bien moral y el mal moral?
¿Y si existe, en qué cree usted es o está el bien moral o, y en qué está el mal moral?
– ¿Podríamos describir o definir el mal moral, como una falta moral contra uno mismo, contra los demás, especialmente algunos individuos, contra el Buen Dios, si admitimos que existe el Ser Supremo?
¿Porque en definitiva el mal moral, iría en contra, en mayor o menor grado, contra la propia naturaleza humana, contra la naturaleza de otros seres humanos, contra la verdad y la bondad que el ser humano se merece otorgarse a si mismo, merece otorgar a otras personas, incluso la sociedad en general, y desde luego, la humanidad, es decir, de alguna manera, el momento presente, y el mal puede tener connotaciones en generaciones futuras…?
¿Ciertamente un acto o hábito negativo, pongamos por caso la ebriedad, tiene consecuencias y razones y motivos psicológicos, sociales, antropológicos, familiares, de salud física y biológica y psicológica, pero también tiene connotaciones morales y éticas, de la racionalidad correcta del propio actuar humano, y desde luego también, si admitimos la existencia del Ser Supremo, va en contra de Dios, en cuanto va en contra de la naturaleza humana, que el Ser Supremo ha otorgado al ser humano?
– Desde los códigos morales y jurídicos más antiguos de la humanidad, que han quedado escritos, tablas de Hammurabi, textos sapienciales del antiguo Egipto, mandatos de Noé, mandatos de Moisés, etc. Posiblemente desde la más antigua humanidad, al menos desde el Neolítico, suponemos que antes, el ser humano ha ido descubriendo que algunos actos, son buenos moralmente, y otros malos, algunos hábitos, son buenos en sí, que nosotros llamamos virtudes, y otros son malos en sí, que nosotros denominamos vicios, desvirtudes, pecados mortales, pecados capitales, según diversas nomenclaturas. …
Quizás con todos los matices que se quiera, diríamos el Código Moral más esencial, que los seres humanos ahora ha descubierto o puesto sobre tablas de cemento, sean los Derechos Humanos de 1948, no solo como normas para la sociedad, los Estados, las culturas, sino, con todos los matices que se quiera, para una especie de norma mínima universal individual o una ética minima universal. Aunque sin entrar en que todas las morales filosóficas actuales o heredadas, y todas las morales de corte religioso de todas las culturas, pondrían algunos matices a algunas de esas normas o mandatos. Pero en general, podríamos decir, que sería el Código ético universal, mínimo, a nivel individual y colectivo, que los humanos han sido capaces de plasmar en monumentos de cemento armado.
– La clasificación de los males morales, es diversa, en el cristianismo se habla de errores morales veniales o graves o mortales, en traducción pecados veniales y pecados mortales. Pero después diríamos otras clasificaciones como males del y sobre el cuerpo-carne, sobre la psique-mente, o sobre el alma. Aunque la unidad indivisible del ser humano, es una unión de cuerpo-psique-alma. Si admitimos tener alma inmortal, y si no, pues de cuerpo-mente.
También otra taxonomía, si es un error moral, fundamentalmente sobre uno mismo, sobre los demás o algunos de los demás, sobre la sociedad en general, y todos, una ofensa a la naturaleza humana, incluso a la Naturaleza y, también una ofensa al Ser Supremo.
– Ciertamente unos seres humanos admiten que sobre unos temas u objetos, unos serían errores morales graves, otros leves, otros no serían. O dicho de otro modo, todos los seres humanos creen que existe el mal moral y el bien moral, pero no todos los ponen sobre el mismo objeto.
El mal moral grave es aquel que su objeto o materia es grave moralmente, que está hecho con plena voluntad y libertad. Ciertamente si se realiza un mal de forma continúa o reiterada, el sujeto que lo hace termina por no ser consciente totalmente por ninguno de los tres niveles de la realidad, es decir, enflaquece su voluntad y su inteligencia y su libertad, y el mal le parece menos malo, o incluso el mal le parece bien, o el bien cree que es el mal. Porsupuesto que la definición concreta de un acto si ex bueno o mal moralmente, depende del acto en sí, de la intención, de la voluntad, de la libertad, de las circunstancias, etc. Lo que antiguamente se denominaba casuística moral, que ahora tan menospreciada está, y que tanto necesitaríamos hoy volver a entender y conocer en algo, la mayoría de la población…
Ciertamente para terminar, sé que apenas hemos probado un pequeño aperitivo sobre esta cuestión. Pero ya que pocos articulistas se atreven a tocar estos temas, quizás, pueda serle útil, para que entienda, que aquí existe un mar inmenso de realidades ontológicas y psicológicas y éticas, que denominamos bien y mal. Y que quizás, por su bien, el de su familia, el de la sociedad, los de ahora que existimos y los que vengan, tiene usted el deber y el derecho de reflexionar sobre esto temas unos cuantos meses al menos. Paz y bien.
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Fin artículo 1.439º: “Sobre la inmoralidad y el mal moral”