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(Rocío Rodríguez/ Estudiante de Periodismo en la UMA) Ayer, 27 de noviembre, acudí al Encuentro de poesía feminista organizada por unos compañeros de la Facultad de ciencias económicas y empresariales de la asociación Estudiantes por una Economía Crítica. Se realizó en Polifonía Café (El Ejido, Málaga) y contaba con las lecturas de las autoras Libertad Córdoba y Sonia Marpez.
Una de las escritoras invitadas, Libertad Córdoba, sacó a relucir uno de los poemas incluido en su libro Poemas de un desamor. Se llama Si hubieras sido un hombre y, después de la lectura, se planteó la pregunta: “¿Qué es ser un hombre?”.
Cada persona del público y la propia escritora dio un punto de vista distinto en ese debate, pero al referirnos al «sé un hombre» generalmente todos pensamos lo mismo. Sé valiente, sé fuerte, no te muestres débil frente a nadie, no llores, no seas sensible como una mujer. Esta frase que dice tanto en tan poco muestra el machismo implantado en la sociedad. Una expresión tan utilizada que costará mucho desplazar de nuestro día a día. Una muestra de que el patriarcado no nos afecta solo a nosotras.
Chicos del mundo, con esta frase tan pequeña salís perdiendo también vosotros. No os dejamos expresaros, ni ser vosotros mismos. Debéis no temer a nada y enfrentaros a todo tipo de situaciones sin poder decir que os molesta, os disgusta u os ofende. ¿De verdad merece la pena seguir sintiendo que sois superiores a las mujeres? Mirad lo que perdéis, la identidad que se os arrebata. Lo que os oprime.
Las mujeres siempre hemos estado oprimidas en toda clase de aspectos cotidianos: trabajo, hogar, lenguaje, aprendizaje… Pero esto os deja a vosotros la obligación de hacer todo eso que a nosotras no se nos ha permitido, a mostraros superiores y mejores en todo. Esto incluye no tener miedo ante nada, tener que “salvar a la mujer y defenderla”.
Es lo más típico decir que “los hombres también lloran” y, luego, decir que los que lo hacen no son hombres de verdad. Por esto y muchos más motivos, es necesario que las mujeres nos levantemos para conseguir nuestra libertad. Por esto, los hombres deberían entender que la revolución feminista es necesaria. Por esto, los hombres deben apoyar a las mujeres en su lucha. No nos ayudaremos solo a nosotras, pelearemos para que todos «seamos personas» completas, auténticas y en igualdad.