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En 2018 se dio luz verde en pleno a un reglamento que permite que mayores con escasos recursos puedan convivir en un inmueble del Ayuntamiento, como si de compañeros de piso se tratara
La alcaldesa, Ana Mula, ha sido la encargada de hacer entrega esta mañana a Joaquina y María Esther de las llaves de la que será su nueva vivienda. A partir de ahora las dos fuengiroleñas compartirán este piso, de titularidad municipal, que tiene capacidad para dos personas y cuenta con dos habitaciones, un baño, cocina y salón. El objetivo de esta iniciativa es que personas mayores con escasos recursos puedan convivir en inmuebles propiedad del Consistorio.
“Hoy es un momento muy especial y gratificante para mi equipo de gobierno porque hemos puesto en marcha un proyecto que surgió después de atender a una persona con unas circunstancias similares a las de Joaquina y María Esther, con una pensión no contributiva”, ha recordado Ana Mula, apuntando que “esa señora nos decía que no podía asumir el alquiler de ninguna vivienda en Fuengirola debido a que apenas tenía ingresos”.
Según ha relatado la alcaldesa, ese hecho les hizo reflexionar sobre la posibilidad de poner en marcha un proyecto que permitiese al Ayuntamiento poner a disposición de personas con una pensión no contributiva viviendas de titularidad municipal para que pudiesen compartirlas. “Comenzamos a preparar ese reglamento que aprobamos en pleno, que ya está en vigor y que ha permitido que hoy sea una realidad esta entrega de llaves a dos personas mayores de nuestra ciudad. Ahora solo espero que pronto podamos poner en marcha el otro proyecto que tenemos en la calle Salvador Rodríguez Navas y en el que hemos dedicado una planta a este fin, para que personas mayores puedan compartir una vivienda que contará con un total de doce plazas”, ha explicado durante la entrega de llaves en la que también ha estado presente el edil de Servicios Sociales, Francisco José Martín.
Alojamientos alternativos
La fórmula de Viviendas Compartidas para Mayores se planteó ante la necesidad de un alojamiento alternativo para estas personas, en una tendencia a adaptar el recurso a la necesidad y no al contrario. Las viviendas compartidas son alojamientos en los que un grupo de personas, preferentemente las incluidas en el colectivo de “mayores” o personas con discapacidad que disfrutan de un grado de independencia personal, eligen vivir en régimen de autonomía, aunque bajo la tutela y/o asistencia técnica de una entidad pública, en este caso del Ayuntamiento. En especial, los alojamientos compartidos están concebidos para aquellas personas mayores de 60 años de edad que lo precisen y cuyo perfil y características se reflejan en el reglamento.
Cada usuario contará con una habitación individual o en el caso de las parejas, podrán compartirla. Eso sí, tanto el salón, como los baños o la cocina serán considerados como zonas comunes, por lo que los “compañeros” deberán compartir esos espacios. Además, si es necesario, el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) se encargará de las labores generales de limpieza de las viviendas.
Entre los requisitos establecidos en el reglamento para acceder a este programa destaca que el solicitante deberá ser mayor de 60 años, mientras que los menores podrán acceder a una plaza cuando tengan una relación de matrimonio o similar, o de parentesco hasta el segundo grado, con otro/a solicitante de 60 o más años; ser jubilado o prejubilado, o persona que tenga reconocida una discapacidad que le permita realizar las actividades básicas de la vida diaria de forma independiente; ser natural o estar empadronado con tres años de antigüedad inmediatamente anteriores a la presentación de la solicitud, según lo establecido en el reglamento. La mensualidad será hasta un 25% de la pensión y en ella además del alquiler irá incluido la luz, el agua y la comunidad.
Para terminar, tanto María Esther como Joaquina han querido mostrar su agradecimiento por esta iniciativa municipal, que se desarrolla por primera vez en la ciudad de esta manera. “Estoy segura de que Joaquina y María Esther van a llevar una vida fantástica aquí, en su casa, y que todos esos mayores que van a poder compartir la otra, la que estamos preparando, podrán vivir tranquilos y seguros. Éste es nuestro objetivo”, ha concluido Ana Mula.