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(Esperanza Mena) Hoy vamos de nuevo a charlar tú y yo, pues parece que las aguas vuelven a su cauce, y tengo que seguir con mi rutina.
La verdad es que hay mucho de qué hablar, pero como a mí la política no me gusta nada (y menos los políticos), hoy quiero referirme a esa famosa frase que el gran Quevedo dejó impresa en esas letrillas satíricas tan conocidas y tan actuales: “Poderoso caballero es don Dinero”. ¡Y cuánta verdad esconde esa frase! No hay nada en este mundo que no compre el dinero, ya sean carreras o incluso la vida humana.
Y yo me pregunto: ¿hasta dónde puede llegar el ser humano por ese maldito dinero? Nos estamos acostumbrando a una forma de vivir sin trabajar y creemos que todo es lícito para conseguirlo. Nos estamos volviendo codiciosos y no respetamos los bienes ajenos. Esta sociedad capitalista y sin valores humanos que estamos creando traerá consecuencias graves e imprevisibles. Si una persona puede convivir con el cadáver de su madre para seguir cobrando la pensión, ¿qué podemos esperar? No sé, creo que soy demasiado mayor y no puedo comprender nada de lo que esta pasando.
En mi humilde opinión, para vivir no hace falta tanto lujo y tanto progreso. Ahora no apreciamos nada y cada día nos volvemos más exigentes.
Yo soy superviviente de una posguerra, que dejó un país con hambre y miseria sí, pero donde había mucha caridad humana, y nos ayudábamos unos a otros para salir de la penuria económica.
Espero y deseo que ahora cuando salga el nuevo gobierno (sea cual sea) sea más honrado y mire un poco más por los menos favorecidos, pues es de ley, está en nuestra constitución. A ver si de una vez la respetamos y nos guiamos por ella.
Así sea.