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La actividad reúne cada miércoles a un grupo de personas en el Centro del Mayor. La pieza ocupará 500 metros cuadrados y se instalará en la primera quincena de mayo
La primera edición del taller de manualidades con material reciclado que se imparte desde el pasado mes de enero en las instalaciones del Centro Social del Mayor ha entrado en la recta final de la confección de un toldo gigante de croché que se habilitará en varias zonas de la calle Málaga en la primera quincena del mes de mayo. Cada miércoles, de diez de la mañana a la una del mediodía, un grupo de mujeres de Alhaurín de la Torre lleva a cabo esta original tarea, a partir de restos de lana que cada una aporta de sus respectivos domicilios, que son tejidos de forma artesanal bajo la dirección de la monitora del curso, Eva Pacheco.
Aunque en un primer momento el taller se iba a prolongar hasta el 10 de abril, al final se ha decidido completar todo el mes, a fin de perfilar la pieza con mayor precisión. La idea es completar un toldo de 500 metros cuadrados, que se instalará en varios sectores de la emblemática calle Málaga, que da acceso al Barrio Viejo, a lo largo de unos 84 metros de longitud por siete de ancho. Se trata, según Pacheco, de una alternativa al uso de toldos de material plástico para sombreo.
Como se recordará, el taller ha sido promovido por la Concejalía de Medio Ambiente, que dirige Marina Bravo, con la colaboración de la Concejalía del Mayor, dirigida por María Teresa Álvarez, y se encuentra en una primera fase piloto. Una vez concluya la instalación del toldo, se evaluará el resultado de la experiencia para volver a convocarla más adelante, ya que la filosofía del curso no es solo la reutilización de lanas sobrantes para piezas de croché, sino también se pretende el recicjale de otros materiales domésticos (hilos, plásticos, alambres, etc.) para completar adornos, pequeñas estructuras y diseños a fin de esas obras puedan emplearse como elementos decorativos durante fiestas y verbenas o en escenarios de espectáculos y actos variados, así como para adornar rincones de la localidad.
“Es una forma de concienciar, pero también de convivir durante la realización de las clases”, resaltan las concejalas.