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En el artículo anterior, hablábamos del mal, como el gran escollo de la aceptación de la existencia de Dios, para negarlo o admitirlo. En el siglo veinte, quizás con frase contundente, un poeta judío, que estuvo en uno de los campos de exterminio, más crueles de la época, y que quizás jamás entenderemos, de tanto mal gratuito y a nivel industrial, se preguntaba: ¿Dónde estaba Dios mientras existió Auschwitz? Una pregunta enorme que supera mi inteligencia y mis conocimientos, pero que quizás haya que abordar…
– Cuándo se celebraron los juicios de Nuremberg, en la sala de dicho juicio, si no recuerdo mal, una sala del ayuntamiento de dicha ciudad, quedó, cosa rara, después de tantos bombardeos, una pared en madera, con bajorrelieve, dónde en madera, estaban numerados o reflejados los diez mandamientos.
Dicho de otro modo, si los humanos, la inmensa mayoría cumpliesen las normas de los Mandados o Mandamientos de Moisés o incluso los llamados de Noé, anteriores a los de Moisés, si se admite, que esas normas, son a medias, filosóficas, son tomadas de la naturaleza en mayor o menor grado, y son también religiosas o espirituales.
Si los humanes o humanos, a nivel individual, colectivo, social, cultural, estatal, ideológico, psicológico y en todos los parámetros, siguiésemos esos mandatos, la inmensa mayoría de males que sufren los seres humanos desaparecerían, o se atenuarían o se reducirían…
No nos engañemos a nosotros mismos, la inmensa mayoría de los males, que a nivel individual y social y colectivo sufre cada ser humano o la humanidad, se debe a que los humanos no llevamos, la inmensa mayoría de nosotros una vida moral correcta, unos caemos en un error y otros en otros. O dicho de otro modo, si se quiere de una manera más sistematizada, unos caemos en un error moral grave, lo que antes se denominaba pecado capital, unos caemos en la lujuria, otros caen en la avaricia, otros en la envidia, otros en la gula, otros en la soberbia, aquellos en la ira-cólera o en la pereza, etc.
– Si usted analiza, cualquier mal que sufra el ser humano, uno mismo o los demás, si analiza y pondera dicha realidad y entidad, es consciente, que en un momento de la cadena o de la rueda del sufrimiento, como diría Buda, en alguno o algunos momentos, algunos seres humanos, han caído en un error moral grave sobre sí mismo o sobre otro o sobre otros, o sobre muchos.
Ciertamente, analizar un mal, no tiene, por lo general, una sola causa, sino múltiples, además de circunstancias y situaciones. Pero siguiendo a Leibnitz, el mal moral, que así sería como se denomina clásicamente, de lo que estamos hablando, es el mal causado por el ser humano, generalmente a sí mismo o, y a los demás, sean los demás uno o cientos…
Por lo cual, sin entrar en la responsabilidad de cada persona en el mal o en los males que causa o sufre, no cabe duda que esta es una de las fuentes del mal. Ciertamente, alguien cae en la ebriedad, y es una fuente o razón o causa de mal, en mayor o menor grado, a sí mismo, y a los de alrededor, y a otros, incluso todavía no nacidos. Ciertamente, otra cuestión es que esa raíz de la ebriedad, puede tener otras causas, sufrir un trauma enorme, vivir en un ambiente que le incentivaron el alcoholismo, haber tenido una situación límite y no haber sido capaz de superarla, tener una personalidad psicológica y moral de un tipo o de otro, unas circunstancias sociales e históricas, muy perniciosas, etc. Todos esos factores o conjunto de variables, que pueden explicar algo de estos fenómenos o realidades, pero que matizan la responsabilidad de cada sujeto, pero que no disminuye por eso, el mal que se causa o es causado o se sufre…
– Leibniz, continuando con él, habla también de un mal metafísico, es decir, que todo ente, sea humano o no humano, tiene una limitación en sí, no es perfecto, por tanto, causa y es causado, deficiencias, que pueden traducirse en males. Es decir, es una ley de la naturaleza, es una ley metafísica de la limitación humana, y de la limitación de todo lo natural. Por lo cual, se producen diríamos desarmonías, en su funcionamiento y por consecuencia males…
También se indica, que aunque la naturaleza te produzca un mal, por ejemplo, un seísmo, y produzca un mal a un número de personas, en general y en común, para que la vida haya surgido y sea y exista, la Naturaleza, el mundo ha necesitado esos terremotos, sin ellos, no habría surgido la vida orgánica, ni posiblemente la vida humana.
– Mucho mal y mucho bien, de las conversaciones de los seres humanos, de forma normal, se puede producir muchas frases, que no están matizadas, que no están valoradas y ponderadas del modo normal y corriente. Es decir, en lenguaje familiar, rutinario, diario, en los trabajos, en la sociedad, no se puede matizar y ponderar cada afirmación, por lo cual, muchas veces, el lenguaje lleva a mucho error y mucha confusión, a mucho bien y a mucho mal. A escandalizar, sin desear por la persona que utiliza ese lenguaje escandalizar. Por lo cual, debemos ser prudentes en lo que oímos y en el modo de interpretación…
– El cristianismo, habla que existen tres fuentes del mal y de los males y de la maldad, que es el uso indebido e inadecuado de la carne-cuerpo-psique-mente, el modo indebido e inadecuado del mundo, es decir, de todo lo que nos ofrece el mundo real y natura y social y cultural, y el Tentador que incentiva los dos tipos o causas de males anteriores.
Ciertamente, son tiempos actuales, que demasiadas personas, no estiman esta clasificación anterior como real o como verdadera, es decir del mal uso del cuerpo-carne, del mundo, y del Tentador-Maligno. Pero durante milenios, hemos padecido enfermedades y epidemias debido a virus que no conocíamos y que no veíamos y que no sabíamos que existían, pero que nos hemos muerto gracias a ellos.
O dicho de otro modo, que no creamos que el mal uso de la carne-cuerpo-psique es una fuente de males, y el buen uso de ello, es una fuente de bienes, o que no creamos que el mal uso del mundo-sociedad-naturaleza, etc., es una fuente de males, y el buen uso de bienes, y que no creamos que exista el Tentador-Maligno, según la interpretación moderada del catolicismo, y que no tiene un poder omnímodo, pero si tiene un poder, que tienta al mal, para que las personas caigan en el mal, como el cristianismo indica, sin exagerar su poder, pero sin minusvalorar su influencia… Que no creamos en ello, igual que no creíamos en los virus, no por ellos dejan de existir y de tener influencia. Es más, cuándo más neguemos su existencia, aceptando con ponderación y mesura, más influencia tendrán en la sociedad…
Ciertamente, yo como modesto autor, describir, a grandes rasgos, el mal de estos modos, es que muchos potenciales lectores, dejen de leer mis frases del futuro. Es decir, es caer personalmente, en el descrédito, pero esto pienso que es la verdad o la fuente de la verdad. Creo que tengo derecho de equivocarme, pero no de mentir o de engañarme, ni de engañar, no puedo mentirme, ni mentirle a usted. Usted, lea y beba en fuentes con más capacidad y ponderación y sabiduría que las mías. Es lo único que le puedo indicar…
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (19 abril 2019-03 junio cr).
Fin artículo 1.675º: “Cuestiones sobre Dios, VIII”.