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Más de trescientas personas entre padres, familiares, equipo directivo, profesorado y trabajadores de la comunidad educativa del Colegio El Pinar arropan a los más de 70 estudiantes de Bachillerato y Ciclos Formativos que dicen adiós a la institución académica en su XX aniversario con una celebración de Graduación cargada de emoción y significado. El centro egresa a los primeros jóvenes que titulan en la modalidad de Arte y a su Segunda Promoción de futuros profesionales de FP
Entusiasmo, entrega y alegría con una pizca de nostalgia y melancolía marcan el ritmo de una tarde en la que no faltaron los recuerdos, las anécdotas y la singular mirada retrospectiva de un grupo de alumnos que cierra una de las etapas más intensas de su vida para afrontar nuevos retos formativos y profesionales
(Departamento Comunicación Colegio El Pinar) No buscaban una nominación a los Óscar, pero casi la consiguen. Setenta jóvenes, dos representaciones -Bachillerato y Ciclos Formativos- y un escenario único en ‘la película’ más real de sus vidas, una ‘no ficción’ -su discurso iba de lo contrario-, en la que, como intérpretes, desataron todo el elenco de emociones de las que es capaz un público entregado. Espacio singular -el de las nuevas instalaciones estrenadas para la ocasión-, cámaras por doquier -integradas en los Smartphone de cada uno de los presentes-, los mejores actores, un respetable que lo da todo y un acto cargado de contenido. El ambiente no podía ser más propicio para un XX Aniversario. Simbolismo, significación, solemnidad, algo de etiqueta y mucha elegancia aderezada con risas. Alegría, pero también nostalgias, momentos pasados retrotraídos con brillantez y creatividad al presente de una tarde única que no se volverá a repetir. Ésta, al menos, no. Habrá más Graduaciones, pero no con los mismos intérpretes, no con una banda sonora de este nivel y, por supuesto, nunca con un auditorio que pueda dar fe de la despedida de la promoción de jóvenes con la que el Colegio El Pinar cumple 20 años, dos décadas al servicio de la EDUCACIÓN con mayúsculas; una educación entendida como espacio de encuentro entre personas para construir una sociedad más prospera, justa y comprometida.
“Tómenselo como si estuvieran en el salón de su casa viendo su película favorita {…} No pretendemos que nos nominen a los Óscar -argumentaba en uno de los párrafos del discurso la joven Natalia Jiménez, de la primera promoción del flamante Bachillerato de Artes, leyendo parte del contenido de un texto elaborado de forma colaborativa, como no podía se de otra forma-. Lo único que queremos con este filme es transmitirles lo que han significado estos años en este pequeño estudio cinematográfico que es el Colegio El Pinar, contarles cómo se ha ido gestando el guión, así como las vivencias que han puesto banda sonora a nuestra historia”.
A sus palabras siguieron las de Ana, María, Lucas, Paloma o Julio, colegas de promoción y también artífices de esa pequeña obra maestra llevada a las tablas del escenario instalado en la parte alta de la institución alhaurina. Un gran discurso, sin duda, en el que, a través de las constantes alusiones al séptimo arte fueron tejiendo un brillante y divertido ‘speech’ construido con las vibrantes anécdotas, memorias y episodios de las experiencias acaecidas dentro y fuera de las aulas del centro. Momentos, lugares y personas. Viajes de final de curso, excursiones culturales, etapas preevaluatorias, actividades lectivas y, sobre todo, profesores.
A ninguno se le negó su instante de gloria en la crónica del día. Estuvieron presentes tanto en los folios de Bachillerato, como en los de Ciclos Formativos. Unos fueron recordados en tono sentimental, otros en tono cómico o desenfadado, pero a todos se les recordó desde el cariño y la cercanía. Y es que un curso da para mucho; una etapa para más y con tres lustros hay materia prima para una película, como bien aseguraban los propios alumnos. Quince años es el bagaje vivencial que alguno de los egresados de esta promoción computa en su trayectoria personal dentro del Colegio El Pinar.
Cercanos y evocadores fueron también los discursos de los profesores y profesoras. Tomaron la palabra las tutoras de Segundo en representación del equipo docente. Alejandra Jiménez, titular del Departamento de Ciencias, quien literalmente ha visto crecer a muchos de los recién graduados al igual que muchos de sus compañeros presentes, les recordó como chiquillos de Infantil, como traviesos artífices de fechorías en Primaria, como ‘inventores’ de planes de dudosa utilidad pedagógica en Secundaria… “Han sido años complejos -dijo-. La memoria es sabia, y deja atrás los malos recuerdos, como los exámenes; ¿verdad?; los dramas rurales -en referencia a las excursiones y salidas-, los: “¡En serio!”; “¡no me lo puedo creer!”; “¿duda existencial?” o “¿puedo ir al baño?”; para después recomendarles que “nunca” dejen de vivir plenamente: “Que vuestros anhelos no sucumban a los miedos. Dejad que las barreras a las que os enfrentáis sean externas, no internas. La fortuna favorece a los audaces, y os prometo que nunca sabréis de qué sois capaces hasta que lo intentéis”.
Por su parte, la otra tutora y titular del Departamento de Idiomas, Aurora Gómez, les animó a “seguir formándose y a no claudicar ante la pasividad y la inacción”. Citando a Zig Ziglar, cerró su discurso con la célebre frase: “Si no estás dispuesto a aprender, nadie te puede ayudar. Si estás dispuesta a aprender, nadie te puede parar”.
Concluyó la directora María José Salom, quien agradeció a las familias la enorme confianza depositada en el equipo que representa “al poner en nuestras manos algo tan importante y a la vez tan valioso como la educación de los hijos”. Salom hizo balance de esta etapa de escuela compartida “años que han sido vitales en vuestras vidas y que habéis pasado junto a nosotros”. “No podemos sentirnos más orgullosos, más aún sabiendo los esfuerzos que habéis tenido que realizar, los obstáculos que habéis debido superar, un camino que ha sido complicado pero una meta que, en definitiva, ya habéis alcanzado”, comentó, para terminar dando la enhorabuena a padres y familiares “ya que el ver hoy aquí a vuestros hijos sin duda compensa tantas preocupaciones y desvelos”.
En la ceremonia de Ciclos Formativos, que tuvo lugar en el mismo espacio que la de Bachillerato pero una hora y media antes, participaron una treintena de estudiantes de las distintas titulaciones de grado ofertadas por el centro. Tomaron la palabra, en representación de los recién egresados Ainhoa Romero y Nerea Cabello. Ambas alumnas agradecieron la dedicación, el trato y el apoyo constante, incondicional y permanente que les han brindado durante los dos últimos cursos las que han sido sus guías a través del itinerario formativo. Rosa, Rocío, Lourdes, Virginia, Carmen, Josué, Justa y Alejandra; docentes, confidentes y a estas alturas, casi miembros de la familia, que les han permitido convertir “su vocación” y hacer de aquello que amán una profesión y una forma de vida.
La ceremonia de Graduación del XX Aniversario finalizó con una cena que se encargó de servir el servicio de catering del restaurante Cienfuegos en el nuevo comedor de El Pinar, un espacio de más de 450 metros cuadrados que conforma uno de los equipamientos centrales de la recién estrenada III Fase de Ampliación del centro y que también conllevará la puesta en servicio de un pabellón de Usos Múltiples de última generación, junto a aulas, zonas verdes y espacios deportivos.