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Es absolutamente necesario, que los especialistas en estos temas, pero también la sociedad se plantee sobre el bien y el mal moral. Es necesario si como sociedad y todos los entes lo forman y conforman, y para los individuos y personas, si queremos reducir, en gran parte, el sufrimiento, la angustia, la pena que soportamos. Es absolutamente, necesario, sin abolir el alto nivel de libertad y tolerancia que hemos alcanzado, analizar estos temas. Y es absolutamente necesario, que la moral, salga de las cátedras universitarias y de los púlpitos y lleguen, a través de los medios de comunicación al pueblo y a la sociedad.
– Da la sensación que al pueblo, la inmensa mayoría de la sociedad, se vaya muriendo en la moralidad, es decir, que no sepa o no conozca una moralidad y ética, que se ha aceptado durante siglos, que se ha ido formando durante milenios. Que conozcan al menos los rudimentos mínimos, para que individuos y colectivos y la misma sociedad y el Estado funcione de forma más correcta, sea más eficiente en lo positivo, y minimice lo negativo. Al menos teóricamente, sepamos lo que es el bien y el no-bien, y el mal, y la escala de bienes en un tema y la escala de males en una cuestión…
Se tiene uno la percepción, que muchas veces, uno se plantea, seria y profundamente, si la amoralidad, antimoralidad, inmoralidad que existe en muchos individuos, colectivos, entidades, sociedad, no en todos los temas, pero si en algunos, y unos individuos en unos temas, y otros, otros en otros. Si esa amoralidad o antimoralidad o inmoralidad, no es un tema diríamos solo de la evolución de los tiempos y épocas, sino es una cuestión bien diseñada y querida e incentivada.
Hay que preguntarse, si yo, yo caigo en un defecto moral o ético, si primero, nadie me enseña, que eso es un error moral, y segundo, nadie me enseña como salir de ese error moral, y por tanto, me regodeo en él, durante gran parte de mi existencia, incluso acabo pensando que es propio de mi personalidad y carácter, y que los demás, cercanos o lejanos, tienen que soportarme, el genio, el genio malo hasta la muerte. Por tanto, yo como una máquina que moldea chapas de hierro, yo seguiré toda mi vida, en la práctica y en la teoría difundiendo ese error moral, que puede ser grave o menos grave, pero que tiene consecuencias negativas, para mí, para los cercanos, y para los que entran en contacto conmigo, incluso para la sociedad, en mayor o menor grado…
Que la sociedad, en su organización sociopolítica, por diversas razones, y por ámbitos constitucionales, deba ser muy tolerante, con una multitud de conductas, no quiere decir, que todos los actos, hábitos, conductas sean igualmente verdaderas y bondadosas y útiles y racionales… No estamos hablando solo de sexualidad, porque muchos creen que el ámbito de la moralidad, solo está en la sexualidad, sino en multitud de ámbitos. Por ejemplo, hemos caído, multitud de individuos en la mentira, medio mentira, medio verdad, en la manipulación, en el engaño, y ya estamos tan habituados a esa forma de ser y de estar y de sentir y de pensar y de parecer, que ya cometemos y realizamos y hablamos mentiras y manipulaciones, sin darnos cuenta. Y el mundo se está transformando en una enorme inmoralidad, yo te engaño a ti como fontanero, tú me engañas a mi como banquero, y a los dos nos engañan y mienten, los ejecutivos de la empresa, etc. Una rueda enorme de mentira, engaño, manipulación, de dar conocimientos y conceptos e ideas y datos falsos o semifalsos, sabiéndolo que son, etc.
Ciertamente, hay individuos que todavía no han caído en este error, serán claro está la excepción. La enorme competitividad, la envidia, la soberbia, y multitud de otros factores, hace caer en este error.
– Entiendo que vivo en un magma cultural y social, que una parte importante de la población, y aún más proporción entre intelectuales, que ha caído en un relativismo o hedonismo o materialismo ético o moral. Por tanto, defienden, con sus aptitudes y actitudes conceptuales estos parámetros, en mayor o menor grado, y aún más, a nivel práctico o de acciones.
Por lo cual, en un contexto así, pocos aceptarán, o al menos se plantearán, que los denominados siete errores morales graves o siete pecados capitales, que durante siglos, al menos teóricamente se han admitido, repito teóricamente, hoy es difícil ser aceptado, que determinados actos son errores, errores morales y éticos, errores psicológicos morales, también sociales, económicos, etc.
Es decir, que alguien caiga en el defecto de la gula, la envidia, la ira-cólera, la soberbia, la vanidad, la lujuria, la pereza, son errores primero para el individuo que los produce, y para las personas que los sufren, que son un error para sí mismos y para los demás…
Existen grupos y colectivos e ideologías, que por unas razones o por otras, por unos intereses o por otros, buscan convencer a los demás, que determinadas prácticas no son errores morales, ni tampoco psicológicos o sociales, sino que son propios de la autonomía, libertad e identidad humana. Por lo cual, millones de personas, caemos en un error o en otro, por lo general grave, cuándo se convierten en hábitos negativos o perniciosos…
Todo el mundo, debería quitarse la ceguera que sufrimos. Y observar la realidad, y observar que la pereza del vecino ha llevado a su casa a una situación negativa, que la lujuria de aquel amigo o conocido le ha traído enormes problemas, que los ataques de ira o cólera a aquel otro, le ha llevado a situaciones enormemente negativas, etc.
Solo tenemos que observar la realidad, en los pueblos, digamos con un número de habitantes limitado, sean unos cientos o unos miles. La observación es más fácil. Y por tanto, obtener consecuencias también…
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Fin artículo 1.685º: “Cuestiones sobre los errores morales graves, IV”.