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(Redacción y Fotografía: Laura Payá)
Durante la hora y media que duró el concierto, Jason Derulo no defraudó a su público en un concierto lleno de ritmo y sensualidad
La velada de la noche de ayer comenzó calentando motores de la mano del DJ Jae Murphy, que al ritmo de canciones tan conocidas como Watch Me (Whip/Nae Nae), Danza Kuduro, We Found Love, I Love It, Gasolina o Despacito consiguió despertar las ganas de fiesta en los asistentes.
Después de este subidón de energía, una gran pantalla mostró vídeos de tintes étnicos y salvajes, que fueron repetitivos durante el show pero que no terminaban de congeniar con la estética que se presentaba en el escenario. El vídeo introducía a un Derulo que se hizo de rogar, pero finalmente, cuando parecía que el público no podía contener más la emoción, el cantante estadounidense abrió el concierto con su reconocida canción, éxito desde 2009, Watcha Say, que volvió loco al público con solo sonar los primeros acordes.
Jason Derulo, cantante, compositor y bailarín estadounidense, con 11 singles de Platino, aparecía de forma estelar, como de costumbre, dejándose entrever por una gran nube de humo y arropado por las luces del escenario junto con su más que virtuoso elenco de bailarines.
Con un vestuario de dominantes negros y rojizos, brillos y mucha sensualidad, Derulo subió la temperatura y deleitó a su público con canciones como Tip Toe, Don’t Wanna Go Home, In My Head o Wiggle, todas ellas de gran éxito y con las que los asistentes no dejaron de cantar y bailar en ningún momento, así como el propio cantante, quien no cesó de mostrar sus dotes corporales y su increíble talento vocal que en ciertos momentos quedaba velado por los artificios auditivos y escénicos o por la maravillosa ejecución de su equipo de bailarines.
Tras un primer bloque lleno de ritmos urbanos, energía y grandes coreografías, donde no tardó en dejar su torso al descubierto, Jason Derulo, bajó las pulsaciones con sus canciones más románticas, destacando It Girl, en la que invitó a una chica del público a subir al escenario para acompañarle, percibiendo todo el público cómo ésta se sentía protagonista de la noche por unos instantes; o Marry Me, donde ya pudimos escuchar la característica y talentosa voz tenor del cantante y compositor. Pero no fue hasta Goodbye, su canción basada en Time To Say Goodbye o Por Ti Volaré, conocida por la interpretación de Andrea Bocelli, cuando realmente dejó al público boquiabierto por su portentosa voz.
Pero el espectáculo no iba a acabar así, Jason Derulo había venido a darlo todo y así lo hizo. Con Mamacita y Swalla, inevitablemente volvió a levantar al público de sus asientos haciéndolo bailar, disfrutando también de su esculpido torso, que sin duda, fue el protagonista en muchos números en los que las connotaciones sexuales volvían a aumentar las pulsaciones.
Antes de decir adiós, no podían faltar dos de sus mayores éxitos, Talk Dirty y Want to Want Me, seguido de un ‘‘Cumpleaños Feliz’’ que cantó junto al público a uno de sus bailarines.
Con un mensaje motivacional y emotivo invitando a los asistentes a no darse por vencidos y perseguir sus sueños,Derulo cerró un show que dejó al público con ganas de más, tanto, que hasta hicieron temblar las gradas intentando llamar (sin éxito) al cantante para que regresase al escenario.
Artistas de este nivel hacen posible que se revalorice el mundo del baile y la canción, del espectáculo, dándoles el relevante lugar que merecen.
Sin duda alguna, con este concierto, Jason Derulo ha vuelto a revolucionar Starlite, en el 19º Sold Out del Festival donde ya participó en 2017 y en el que esperamos vuelva a aparecer para seguir derrochando su talento artístico.