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(Isabel Perea/Estudiante de Periodismo en la UMA) ¿Qué diferencia hay entre unos migrantes y otros? El trato que la sociedad le da a un turista o a un jeque árabe es desigual al que le da a una persona que viene en patera. La respuesta está en el capital que posee cada uno y en creer que unos aportan a nuestro Estado de bienestar y otros no. Esto es rechazo al pobre y se llama aporofobia.
La Real Academia Española define aporofobia como “fobia a las personas pobres o desfavorecidas”. Adela Cortina (catedrática de Ética y Filosofía Política, escritora y directora de la Fundación Ética de los negocios y las Organizaciones Empresariales) es quien consiguió en 2017, después de insistir 22 años, incluir el término aporofobia en la RAE.
La situación actual en el Mediterráneo muestra la cara más miserable de Europa y el fracaso que supone cada muerte para todos los gobiernos que la componen. Esta postura que han elegido nuestros políticos es un claro ejemplo de que la aporofobia es un fenómeno universal y que, además, va en contra de la democracia y de la dignidad humana.
Por todo esto, Adela Cortina opina que “la democracia tiene que ser inclusiva y la aporofobia es excluyente. No puede haber una sociedad aporófoba y a la vez democrática. Sin embargo, todas las sociedades que conozco son aporófobas. Por eso, la educación tiene mucha tarea”.