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«Parece mentira que estas instalaciones ni siquiera dispongan de un lugar donde poder dar asistencia veterinaria a un animal que sufre. Durante nuestra visita se tuvo que sacrificar a un caballo enfermo de muerte poniendo en peligro la vida tanto del propietario como la del veterinario y voluntarios del Santuario CYD Santa María para evitar que el animal se hiriera en sus últimos momentos de vida», nos cuenta Concordia Márquez, presidenta del CYD.
Poco antes de lo sucedido, Concordia y los ciudadanos que visitaron el lugar se pusieron de acuerdo para solicitar al Ayuntamiento cinco escasas medidas para mejorar las condiciones de las caballerizas: luz, ventilación, suelo con alcantarillado y sin agujeros, zonas para que los animales puedan salir de las cuadras, y una salida que impida que los caballos tengan que dar un rodeo que hace más difícil y pesado su trabajo. Tras esta visita, que coincidió con la presencia de un caballo enfermo y cuyo resultado fue tristemente la muerte, añadieron una más: un lugar adecuado para atender a un animal que sufre y que no tenga que terminar eutanasiado en el suelo rodeado de basura.