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Dentro de la obra Cuadernos o Cuadernos de la Mancha, existen un centenar de partes o cuadernos, que son novelas o novelas filosóficas. Es un intento de unir-relacionar-combinar el concepto de la narratividad o narratología con el de filosofía-metafísica.
Estas obras, se han ido haciendo públicas, publicando, en distintas ediciones, muy modestas, en papel, sin venta, y en sistemas electrónicos, una de ellas, es la titulada Cuadernos o Cuadernos de la Mancha, I-XVIII y XXXIV-XLVII, con D.L-Cr-314-2018 en un Dvd.
– Se entiende la literatura como metaliteratura, es decir, los géneros literarios como metagéneros, y estos combinados con el resto de saberes, especialmente las humanidades y la filosofía y las ciencias sociales.
Se entiende la novela como nivola o metanovela, es decir, géneros híbridos y combinaciones de todo. Concepción que es obvio y evidente, que es ya tradicional, en la vanguardia de estos últimos cien años.
En esta publicación, al menos cien partes-cuadernos de los trescientos, son novelas-metanovelas-nivolas filosóficas.
Comprendo y entiendo que la empresa privada, no exponga su capital, para perderlo, porque supongo que esta narratología, endonarración, metanarración. Este modo de saltarse las pocas normas o reglas que existen aún en la literatura y en la novela, sea muy preocupante, o dicho de otro modo, no tenga suficiente público, para revertir y recuperar aunque sea la inversión…
Puedo entenderlo y comprenderlo, que nadie exponga su dinero para perderlo. Pero también se debería entender y comprender, que los autores, como el que ha realizado estas obras, ha perdido o dedicado, una gran parte de su vida y su existencia, creando un producto, que será de mejor o peor calidad, pero que se inscriba en la vanguardia o metavanguardia.
Pero no por afán de novedad e innovación, fama o vanidad, sino porque se entiende, que el matemático y el físico y el biólogo, buscan nuevas realidades, es decir, nuevas ecuaciones, nuevas teorías fisicomatemáticas, nuevas especies de seres vivos. Entre otras cosas.
Siempre ha supuesto que el autor de estas novelas o novelas filosóficas o novelas metafísicas que hay que buscar nuevos aspectos de la realidad, nuevas explicaciones de la realidad, y después explicarlos, con lenguajes literarios-filosóficos-metafísicos, pero con nuevos significantes-significados, es decir, con una nueva poética-oratoria-estética-estilística.
No se dedica uno toda la vida, para fracasar estrepitosamente, para intentar descubrir el teorema de Pitágoras, que realmente no es de este autor, sino ya los egipcios lo conocían, quizás lo redescubrió, sino para ir un poco más allá de lo que se conoce en cada momento, siempre dentro de la legalidad y la moralidad… ¡Eso modestamente, ha intentado el autor de estas más de cien partes o cuadernos, más de cien novelas o nivolas o metanovelas novelas metafísicas o filosóficas…!
– Ni siquiera el concepto clásico de novela filosófica, que se encuentran en las teorías de la literatura, ni la literatura de los géneros, encaja totalmente con lo que estas obras, son y representan. Ciertamente, si un mural de pintura, nadie lo visita, analiza, percibe, medita o estudia. Al final, el tiempo y los avatares de la humanidad, acabarán por destruirlo. Lo mismo sucede con estas obras, si nadie o casi nadie, indaga-bucea-analiza-estudia, estas obras literarias-filosóficas o filosóficas-literarias, que aspiran al arte total o a la literatura total o a la obra total, si nadie se acerca a ellas, pues acabarán perdiéndose y destruyéndose.
Y de pasada, recuerdo la necesidad de crear centros documentales de literatura, aunque sean virtuales, para que se conserven, nombre y curriculum y obras de los autores, de todos, los de primera y décima categoría.
Se olvida que el biólogo, al buscar nuevas especies, no se preocupa, de momento, si existen muchos individuos de esa especie o pocos, sino que si es nueva no descubierta. Pienso, hasta la saciedad lo he repetido, que en el mundo cultural, dejamos que especies-individuos de literatos, de tercera o décima categoría, dediquen una gran parte de su vida, para después, dejar que sus obras las vayan matando los cambios de sistema de software y los herederos y los mismos autores, cansados de tanto fracasar.
– El camino de las artes, de la literatura, siempre dentro de la legalidad y moralidad correcta, es la autopista de la libertad. Si los autores no tienen libertad, interna y externa, para construir sus realidades culturales, entonces, no cumplen con la función que la humanidad y la historia les ha otorgado, es decir, busquen y expresen afectos, ideas, conceptos, realidades, datos, argumentos. Y éstos los contrasten con el saber ortodoxo. Narren lo individual, quizás erróneo en muchos aspectos, lo colectivo-social, también erróneo en muchos sentidos. Lo verdadero y no verdadero, lo blanco y lo negro y los colores y los grises…
La literatura es como esa manta que en tiempos de inviernos muy fríos, nos echamos alrededor del cuerpo, y encontramos un equilibrio en el interior y en el exterior. Estas novelas filosóficas, aunque se salten muchas normas de la estilística clásica y vanguardista, solo tienen la intención de servir a la humanidad, a encontrar mayor grado de verdad-bondad-belleza-prudencia-racionalidad. ¡Paz y bien…!