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El agua que ha caído estos días en nuestro Alhaurín de la Torre y en municipios vecinos ha puesto en evidencia uno de los principales motivos por lo que el proyecto de Ciudad Aeroportuaria es un verdadero disparate, a pesar de que el Sr. Villanova lo defienda con tanta machacona insistencia y vehemencia, y de que ahora sea también jaleado por la Junta de Andalucía cogobernada por PP y C’S.
(Adelante Alhaurín de la Torre) La evidencia de que la zona es inundable, como nos recuerdan las fotos adjuntas tomadas este pasado sábado, nos enfrenta una vez más con la tozuda realidad. Si consentimos que se cubra la fértil Vega del Guadalhorce con una cuarta de hormigón, y se convierta la zona en un mega polígono industrial con zonas residenciales (como se pretende) habrá de gastarse una millonada adicional en establecer las medidas preventivas de las riadas que, como hemos podido comprobar estos días, vuelven una y otra vez, y cada vez con mayor virulencia.
Pero además de ese enorme gasto adicional, más pronto que tarde vendrá un fenómeno extremo que inunde todo y tengamos que lamentar, además de innumerables daños materiales en las infraestructuras, naves, negocios y viviendas que pretenden construir allí, (en un número muy elevado, camuflando un nuevo pelotazo urbanístico), incluso víctimas personales. Y es que en un escenario en el que la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos está incrementándose más rápidamente incluso de lo que se preveía hace pocos años, no podemos esperar que una zona inundable de forma natural, como es el valle del Guadalhorce, se salve, por muchas medidas «correctoras» que pongamos.
La certeza de que lo que allí se construya acabará destruyéndose periódicamente, convierte al proyecto de Ciudad Aeroportuaria, (más allá de otras consideraciones como la necesaria protección de la biodiversidad, de la rica agricultura local, el apostar mejor por un modelo de desarrollo y sostenibilidad en general, que también son muy relevantes y de las que no dejaremos de hablar en el futuro), en una cabezonería desarrollista absurda, temeraria y ruinosa a medio plazo, que evidencia la poca altura de miras del gobierno municipal de Alhaurín de la Torre que sigue obcecado en volver a dar el mismo pelotazo de siempre, recalificando una magnífica vega en suelo urbano. Más de lo mismo.