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(Susana López Chicón) Soy trabajadora interina junto a otros 800.000 empleados públicos en España. Tras años sin tener acceso a los mismos derechos que el resto del personal y sin tener nunca seguro nuestro empleo.
¿Pero que es un interino? Pues ni más ni menos que un trabajador que desempeña «temporalmente» su función en «sustitución» de otra persona. Es decir, un trabajador que es temporal o provisional y que por Ley debería examinarse dentro del plazo de tres años ya que es obligación de la Administración sacar su plaza en ese intervalo de tiempo. ¿Pero qué ocurre? que estas plazas no se ofertan ni nunca se ofertaron en muchos años ocasionando que el propio interino se encuentre sin quererlo en fraude de Ley.
Resumiendo, somos empleados que llevan años y años trabajando y desempeñando su trabajo de manera óptima y eficiente, considerados temporales, sustitutos y encima en fraude. Somos trabajadores con experiencia, con muchísimos años de desempeño de nuestras funciones, capacitados lógicamente para desempeñarlas, pero siempre preocupados por nuestro futuro.
Nunca ha interesado al Gobierno sacar nuestras plazas y ante la amenaza del Tribunal Europeo de sancionar a España por este fraude, pretenden sacar «Ahora» una oferta que lo único que pretende es sustituir trabajadores con experiencia por otros nuevos y a los antiguos dejarlos en la calle sin indemnización ni posibilidad de trabajar más, ya que la media supera los 45 años y llega en algunos casos hasta los 62…
No deja de ser una injusticia, un atropello y hasta podría considerarse delito dejar a tantos padres y madres de familia en la calle, cuando la solución estaría en estabilizar y valorar los años dedicados por todos estos trabajadores que han cumplido fielmente con sus funciones y se ven abocados a dejar de percibir sus ingresos y verse desechados del ámbito laboral castigados de por vida en vez de premiados por sus años dedicados a la Empresa.
No somos números, y no estamos dispuestos a que nos basureen y nos aparten a un lado.
Saquen plazas nuevas para las nuevas generaciones, oferten puestos de trabajo para jóvenes, inviertan en prepararlos y examinarlos para que puedan tener ellos también un futuro mejor, pero a los que estamos cumpliendo con el nuestro y llevamos demostrándolo años déjenos al menos la tranquilidad de que seguiremos trayendo a casa el pan de nuestra familia.
Preocúpense ustedes señores gobernantes de cumplir con las obligaciones que la Ley les demanda y no avasallen ni alteren la paz de tantos hogares con una amenaza encubierta tras una oferta de empleo que puede ser el fin de muchas familias.
Está claro que ni Gobierno ni Sindicatos nos han defendido como debían, pero Somos 800.000 interinos unidos por una causa justa, en defensa de sus derechos y sus años de trabajo y no nos van a callar porque defendemos mucho más que nuestro trabajo, nuestro sacrificio y nuestro futuro, defendemos nuestra dignidad como personas y eso nos hace mucho más fuertes y valientes.