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Entre los coleccionistas de ediciones del Quijote estarían Adolfo Prado de Alicante, José Blasco de Buñol, El matrimonio Justo Hernández y Carmen de Madrid, Pere Ruiz de Súria, Martín Lerma de Villagordo, Manuel Belda de Ciudad Rodrigo, Fernández Caballero de Herencia, Javier Cerrillo de Cáceres, Luis Carnicero de León, Tomás Lloret de Villajoyosa, Martín Valencia en Valladolid, Familia Palmero en Almodóvar del Campo, etc.
Se considera que la colección de Quijotes de la BNE es la más amplia y mejor del mundo. Cierto es que algunos coleccionistas del pasado han terminado sus colecciones formándose museos y centros Cervantinos como el de Peralada, el de Orgiva, en Granada, y el de la Roda en Albacete, o el de Pedro Muñoz, Ciudad Real, la de El Toboso por iniciativa de la alcaldía…
En el extranjero algunas colecciones han terminado en Museos y Bibliotecas y Centros Documentales sobre la misma materia, sea a nivel de libros o iconográfico como el de Guanajuato. Véase la Red de Ciudades Cervantinas.
– ¿Por qué hay personas que dedican varias décadas de su existencia al estudio y a la colección de diversas ediciones del Quijote? ¿Qué tiene el Quijote como uno de los grandes libros de Occidente y del mundo? ¿Toda obra de arte, sea literaria, sea plástica, sea musical es como un enorme espejo en el que generación tras generación nos vemos reflejados? ¿A eso, la denominamos obra genial, obra maestra, obra clásica?
El Quijote es una de esas obras, quizás al principio, fue tomada más con una perspectiva del humor, sarcástica, de crítica simbolizada en personajes, de representación de la realidad, y después, cada siglo posterior, ha ido viéndose una nueva gran dimensión, más allá de la sátira y el humor y lo cómico y la comedia-tragedia como la vida-existencia, en cierto modo, de todo ser humano…
Además, pensamos los que existimos en la tierra y el aire de Celtiberia, Iberia, Hispania, Sepharad, Piel de Toro, España nos representa de algún modo, somos Quijotes y Sanchos al mismo tiempo, por eso escribo quijotes-sanchos o sanchos-quijotes, unos más lo primero, otros más los segundos, unos más en unos tiempos lo primero y en otras épocas lo segundo…
Quizás, el ser humano anhela entenderse y comprenderse, ahora dirían los psicólogos, además de satisfacer las necesidades primarias, tenemos las secundarias y las terciarias. Eso entra en nuestro ser-estar en el mundo. Y en ese juego de espejos, necesitamos saber lo que somos, como individuos y especie, lo que hemos sido, como individuos y colectivos y grupos, y lo que podemos ser.
Cómo ir superando los embates del tiempo, ahora la pandemía, cosa que Occidente había olvidado, desde hace décadas, pero una realidad desde el Neolítico al menos, que se ha ido cebando generación tras generación…
– No conozco a estos coleccionistas, ni estas colecciones privadas que indico en el título. Pero pienso, que la mayoría de esos coleccionistas desearían que no se dispersarán, sino que terminarán en algún centro bibliográfico o biblioteca o museo, y continuarán expandiéndose y engrandeciéndose, y fuesen visitadas, y se siguiesen viendo aspectos de ellas, sean traducciones, diversos idiomas, diversas interpretaciones, diversos congresos, estudios iconográficos, base de datos, etc.
Muchos lugares o pueblos, desean entroncar sus destinos con el Quijote o, y con Cervantes, porque hacen mención de esos lugares, en la famosa obra de Cervantes, o porque los huesos y nervios de esta persona, también personaje, Cervantes, estuvieron por ese lugar, hace cuatro siglos. Estos lugares, aquí tienen la ocasión, buscar las direcciones de estos coleccionistas y quizás, alguno estaría de acuerdo en ceder o donar o exponer en sus respectivos pueblos sus colecciones y quién, sabe si dejarlas para siempre. Y, ese podría ser el elemento esencial o primario, de una gran biblioteca o centro cervantino o documental sobre la persona y el personaje y la obra del inmortal Quijote-Sancho.
– Entiendo que en las «ediciones» del Quijote existen varias categorías: Primera, la original o manuscrito que yo sepa se ha perdido. Segundo, las ediciones de imprenta, que se han hecho a cientos durante estos siglos, unas con ilustraciones, otras sin ellas, unas con número limitados de ejemplares, otras sin ellas. Tercero, las ediciones con ilustraciones limitadas, por lo general grabados.
Cuarto, ediciones manuscritas realizadas por personas, escritas a mano. Quinto, ediciones únicas, que son ejemplares editados normales, pero dibujados o pintados por un autor plástico, por lo general, no conocido, y por tanto, ese ejemplar, es único, y puede contener varias docenas o cientos de dibujos originales y únicos. Sexto, ediciones del Quijote, que son muy grande en tamaño, también ejemplares únicos, dibujados-pintados, y con textos del Quijote dentro de ellas.
En una sociedad, que raro es el lugar-pueblo-aldea-ciudad que no tenga algún nombre, escultura, calle, bodega, vino, empresa con nombre en relación al Quijote, en una sociedad con esta característica, quizás, de las tres últimas categorías de «ediciones» del Quijote, apenas ha traspasado su existencia a las elites culturales, ni a la sociedad. Bien harían en despertar y buscar, toda la riqueza cultural que el Quijote ha producido, en muchos modos y maneras y formas…
http://personal.cim.es/filosofia/ © jmm caminero (14-23 abril 2020 cr).
Fin artículo 2.084º: «Coleccionistas de Quijotes en España».