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“Es el momento de las emociones. Debemos dejar que los niños y niñas expresen lo que sienten y perciban que son escuchados y entendidos por los adultos”
Cristina Pérez-Santos, psicóloga del Departamento de Orientación Educativa del Colegio El Pinar, ofrece un retrato de la realidad emocional a la que se están enfrentando los menores durante estas semanas de confinamiento y propone estrategias de acción concretas que se pueden aplicar en el día a día de los hogares
(Departamento Comunicación Colegio El Pinar) La especialista, que al igual que el resto de profesionales del equipo de Orientación del centro continúa con su labor de atención y seguimiento al alumnado y familias en modo ‘on line’; resalta la importancia de generar un clima de confianza y seguridad en los pequeños en el seno del hogar durante estas circunstancias excepcionales, de afianzar rutinas y, sobre todo, de permitir que los pequeños de la casa puedan “expresar lo que sienten, percibiendo que son escuchados y entendidos por nosotros”
Vivimos una situación inédita y como tal todo lo que está ocurriendo también es nuevo desde el punto de vista de la intervención específica en el ámbito escolar. Cristina Pérez-Santos es psicóloga del Departamento de Orientación Educativa del Colegio El Pinar y forma parte de un equipo integrado por otras cinco profesionales: la Psicopedagoga Belén García, las profesoras de Pedagogía Terapéutica Eva Gutiérrez y Ana Triano y la Especialista de Audición y Lenguaje y Logopeda Natalia Naranjo.
Su visión especializada cobra especial importancia estos días dada la situación que viven los pequeños de la casa. Pérez-Santos nos da algunas claves para actuar con los niños y niñas, nos ayuda a entender cómo están asimilando este confinamiento y también nos aporta estrategias para apoyarles y llevarles de la mano hasta que podamos volver a la ‘normalidad’. Como punto de partida nos traslada que al no haber precedentes de una situación similar, los menores no disponen de ‘herramientas’ previas con las que abordar esta realidad.
Esto provoca, según apunta, el desencadenamiento de “emociones desagradables que, desde el punto de vista psicológico, les debemos enseñar a gestionar con un correcto seguimiento y supervisión”. Otra de las singularidades de su labor en esta tesitura, al igual que la del resto de sus compañeras del Departamento y el conjunto del equipo docente, es que han tenido que adaptar su intervención al campo telemático. Esto es lo que nos cuenta en relación a su día a día:
Desde el Departamento Psicopedagógico de El Pinar, el estado de alarma y confinamiento en el que ya llevamos inmersos casi 50 días ha intensificado nuestras tareas y nos ha obligado a trabajar más intensamente para dar respuesta a las nuevas necesidades de los menores, además del control y seguimiento de aquellos alumnos con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE) a los que ya estábamos atendiendo.
La línea básica de acción se centra en el eje alumno-familia-escuela y la atención psicológica ‘on line’ se vertebra estos días a través de él. La Escuela de Familias presencial, foro clave para la puesta en valor de estrategias y recursos psicológicos para implementar con los pequeños, se ha trasladado también al formato telemático con los siguientes enfoques:
- Asesoramiento al profesorado para que pueda atender a las necesidades de todos sus alumnos y alumnas en el formato de enseñanza a distancia.
Estamos intensificando y ofreciendo pautas relacionadas con la gestión del tiempo para que la atención a todo el grupo -entendido como ‘aula virtual’- en estas circunstancias sea lo más efectiva posible. Hemos creado dinámicas para incorporar el movimiento entre sesiones con ejercicios de ‘descanso activo’ para que los estudiantes puedan seguir el ritmo de unas clases que les obligan a estar más horas frente a las pantallas del ordenador.
En sentido positivo, en la práctica diaria de la atención psicológica nos estamos encontrando con situaciones en las que el confinamiento está siendo una dificultad convertida en oportunidad para algunos colectivos.
- Asesoramiento general al alumnado a través de tutorías específicas que tienen como objetivo la comprensión de la situación y la gestión emocional. Y también de forma personal atendiendo las diversas demandas del alumnado: adecuación de medidas psicopedagógicas, asesoramiento emocional, etc.
- En cuanto a las familias, estamos desarrollando sesiones estratégicas sobre cómo gestionar esta nueva situación en el hogar con padres y madres, una demanda a la que estamos prestando especial atención.
En este sentido, parte de nuestro trabajo con los padres y madres de los más pequeños -alumnos de Infantil y Primaria- se está centrando en trasladarles estrategias concretas sobre cómo ayudar a sus hijos en el hogar con las tareas escolares; además de herramientas concretas para la gestión emocional que esta nueva situación provoca en los más pequeños y tienen que ver con el miedo, la tristeza o la rabia. Podríamos decir que es el momento de las emociones. En este sentido, la estrategia que aplicamos y recomendamos a las familias pasa por validar la emoción del niño: todas las emociones son permitidas, todas son aceptadas. También ofrecemos pautas para que el adulto conecte con el niño haciéndole ver que no solo se acepta la emoción sino que además entendemos que la sienta ante esta situación.
El objetivo es que el niño vuelva a un estado emocional equilibrado. En esta situaciones también son recomendables utilizar técnicas de relajación o meditación adaptada a los más pequeños.
La buena comunicación con los menores es otra de las claves a tener en cuenta en esta situación y otra de las líneas de nuestra acción psicológica.
- Algo excepcional e importante ha pasado y, por tanto, no podemos dejar a los más pequeños al margen. Debemos informarles de lo que ha ocurrido pero adecuando la información a su edad y dejándoles claro que esta es una situación muy especial y además temporal. Tras comunicarlo pondremos la atención en los elementos que puedan contribuir en positivo a aportar estabilidad y equilibrio. Daremos así al niño la posibilidad de participar en el cuidado propio y de los demás mientras favorecemos una comunicación horizontal y respetuosa en el seno del hogar.
Generar un clima de confianza, seguridad y pertenencia.
- Debemos mantener rutinas que aporten confianza y tranquilidad a los menores. Hemos trasladado pautas a los padres para consolidar dichas rutinas con tiempos de estudio, tiempo de ocio y tiempo libre, horas adecuadas de sueño, cuidado físico y mental y una alimentación saludable. También conseguiremos esa seguridad si el niño vive en un entorno respetuoso, amable y de ayuda mutua. Otra de las claves para generar normalidad y confianza es promover acciones compartidas en las tareas del hogar. Es buen momento para establecer responsabilidades adecuadas a cada edad para los casos en los que aún no se había hecho.
Socialización y conexión con los iguales.
- Además de fomentar la comunicación, estos días algunas de las acciones que estamos llevando a cabo desde el equipo son las que tienen que ver con promoción de actividades que permitan el contacto tanto con amigos y familiares a través de medios telemáticos.
Flexibilidad y entendimiento. El humor, clave.
- Por último, en nuestro trabajo de asesoramiento a las familias insistimos en que no pierdan de vista la situación excepcional que estamos viviendo y sean más flexibles en este estado de confinamiento. Las circunstancias son ya lo suficientemente frustrantes y limitantes. Y por supuesto usar el sentido del humor como forma de sentirse y hacer sentir mejor a los demás. Fundamental en estos momentos.