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La crisis sanitaria provocada a raíz del brote COVID-19 ha demostrado la importancia de la función social de los medios de comunicación y ha disparado su consumo. Serían dos buenas noticias cara a la celebración del 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, del que se conmemora ya su vigésimo séptima edición. No obstante, constituyen sólo un pequeño remanso en el desconcierto que se cierne sobre la profesión, amenazada por las consecuencias económicas que vendrán.
En esta crisis sanitaria el periodismo se ha hecho más necesario que nunca para dar una respuesta adecuada a la demanda de la ciudadanía, que exige una información veraz y rigurosa sobre los efectos de la pandemia. Sin embargo, a la dificultad del trabajo periodístico en una situación de confinamiento o a pie de calle, poniendo muchos compañeros en riesgo su salud, se han unido burdos intentos de controlar la información por parte de gobiernos, responsables políticos de toda procedencia e, incluso, expertos en la materia. Debemos recordarle a todos ellos que la información, en Democracia, pertenece a los ciudadanos y que el derecho a la información debe prevalecer sobre cualquier situación, mas allá de su gravedad.
Los medios de comunicación tienen la responsabilidad de informar sobre lo que sucede, de manera rigurosa sí, pero en libertad. Cualquier intento de coartar la libertad de expresión como excusa para frenar otros problemas no tiene sentido en la sociedad Red. La desinformación y los bulos sólo se pueden combatir con información veraz y contrastada y, por añadidura, con la alfabetización mediática de la ciudadanía, mediante la que obtendrá el conocimiento para discernir entre lo verdadero y lo falso o lo manipulado. Por ello, desde esta Asociación de la Prensa de Málaga, rechazamos cualquier menoscabo en la libertad de prensa y pedimos a la sociedad que se involucre en su defensa como garantía de su derecho a la información. Una libertad de prensa que sigue amenazada en este país, por los continuos intentos de coartarla y con una ley mordaza todavía en vigor.
La crisis sanitaria originada por el brote COVID-19 ha sembrado además un gran desconcierto sobre el futuro de los medios y de la profesión. Lamentablemente, se han producido ya numerosos ERTES, también en los medios de Málaga. Desde la exigencia de que, una vez superada la actual situación, los compañeros se incorporen de inmediato a sus puestos de trabajo, comprendemos que la afección del mercado publicitario tardará en recuperarse. En este sentido, consideramos fundamental que se arbitren las ayudas necesarias para que el sector no se vea de nuevo inmerso en una grave crisis cuando aun no se ha superado la de 2008, ayudas que deben estar sujetas a mantener los puestos de trabajo. Pedimos un esfuerzo para evitar este nuevo escenario de crisis y precariedad laboral y nos sumamos por tanto a las peticiones ya realizadas desde distintos colectivos.
Los medios como servicio público y mediadores entre el poder político y la sociedad no deben dejarse arrastrar por la polarización política que ha incrementado esta crisis sanitaria. Los medios deben tender puentes para revertirla, fomentar la convivencia y la tolerancia y no entrar en un juego de intereses espurios. Siempre se deberá anteponer los intereses de los ciudadanos a todo lo demás. Los ataques a la libertad de expresión sólo pretenden impedir que los medios consoliden su prestigio y su credibilidad y que cumplan con su misión de garantizar un acceso a la información plural y veraz.
El lema elegido por la Unesco para este 3 de mayo de 2020 es “Por un periodismo valiente e imparcial”. La Asociación de la Prensa de Málaga lo hace suyo en reconocimiento de todos los compañeros valientes que están a pie de calle en esta crisis sanitaria, sin reparar en el peligro real que existe para su salud, para informar a los ciudadanos con profesionalidad y rigor.
Elena Blanco Castilla
Presidenta de la Asociación de la Prensa de Málaga