Andalucía pone en valor su riqueza ornitológica en la celebración del Día Mundial de las Aves Migratorias

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El Espacio Natural de Doñana desempeña un papel relevante por su posición estratégica, entre dos continentes y dos mares y entre distintos dominios climáticos

(Prensa Junta Andalucía) La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible se suma hoy a la celebración del Día Mundial de las Aves Migratorias. Más de las mitad de las especies de aves que habitan Andalucía son migratorias, lo que significa que pasan parte de su ciclo vital fuera de nuestra región. De este modo, muchas especies se encuentran solo en Andalucía durante el periodo de reproducción y pasan el invierno en África, mientras que muchas otras que se reproducen en el norte de Europa viajan para pasar el invierno en la Península Ibérica y, en especial, en las tierras y humedales andaluces. El Día Mundial de las Aves Migratorias se celebra dos veces al año, el segundo sábado del mes de mayo y del mes de octubre, para concienciar a la población sobre su conservación y la de sus hábitats sensibilizando entre otras cuestiones sobre las amenazas a las que se enfrentan.

Andalucía es una de las regiones más importantes de Europa en acoger especies silvestres migratorias, tanto durante los pasos, como en la época de reproducción o invernal. En este sentido, muchas de las aves acuáticas que se reproducen en otras latitudes más norteñas, acaban por migrar a esta región para utilizar sus humedales como cuarteles de invernada cuando bajan las temperaturas durante la estación fría. Tanto es así, que de las 98 especies de  que aquí invernan, 84 de ellas, con más de 600.000 ejemplares, pueden considerarse migradoras absolutas o parciales. Entre los siete humedales que este año han concentrado casi el 90% de las migratorias invernales se encuentran Doñana, Bahía de Cádiz, Fuente de Piedra, Marismas del Odiel, Dehesa de Abajo, Brazo del Este y Salinas de Cerrillos.

Entre estas especies destacan la cuchara común, la gaviota reidora y el correlimos común, así como, por su grado de amenaza, la cerceta pardilla, el porrón pardo, la cigüeña negra, la gaviota de Audouin y el águila pescadora.

Por contra, existen otras acuáticas que, aún invernando en distintos lugares, se desplazan en masa para reproducirse en Andalucía. Entre ellas hay 39 especies entre las que destacan en abundancia la garcilla bueyera y el morito común y, en grado de amenaza, nuevamente la cerceta pardilla, el águila pescadora y el porrón pardo, así como la garcilla cangrejera y la focha moruna. Entre los humedales más importantes que acogen casi al 70% de estos efectivos se encuentran nuevamente Doñana, Marismas del Odiel o Bahía de Cádiz, además de Laguna del Cerro de las Cigüeñas, Arrozales de la Janda y Charcones de Punta Entinas-Sabinar.

Los cambios en los comportamientos migratorios

Gracias al seguimiento de las poblaciones de aves que realiza Desarrollo Sostenible se ha detectado en los últimos diez años un incremento del volumen de la invernada de estas aves migratorias debido al  cambio climático, que está alterando el comportamiento migratorio de las especies silvestres. De ese modo, especies como la cigüeña blanca o la cigüeña negra (en peligro de extinción) están mostrando un acortamiento de sus viajes migratorios, asentándose durante la invernada en áreas cada vez más septentrionales en latitudes templadas al alcanzar óptimos invernales en zonas más cercanas a sus áreas de cría.

La gestión realizada por la Consejería en las principales áreas de asentamiento invernal en los humedales andaluces también favorece la conservación de las poblaciones europeas al incrementar las probabilidades de supervivencia de los individuos invernantes respecto a las zonas africanas. La migración de las aves constituye un claro ejemplo de la interconexión de los sistemas naturales y de la necesidad de coordinar políticas de conservación globales, pues la supervivencia de éstas no depende exclusivamente de la gestión del territorio en una zona determinada. Claros ejemplos de ello en Andalucía son las rapaces migratorias amenazadas que crían aquí pero migran en invierno a África, como el alimoche, el aguilucho cenizo o el cernícalo primilla.

Pero este repaso por las aves migratorias no puede pasar por alto las sierras y campos de Andalucía, que constituyen puntos de paso y concentración  de muchas otras  aves que se trasladan de Europa occidental a África en otoño, regresando en primavera, pues las diferentes poblaciones se van agrupando para pasar por el Estrecho de Gibraltar por ser el punto más corto para cruzar el mediterráneo.

De esta forma, cerca de medio millón de rapaces de 30 especies diferentes y varios cientos de millones de 80 pequeñas aves o paseriformes atraviesan nuestra tierra para cruzar el estrecho. Y durante ese viaje paran a descansar y alimentarse en las sierrras, bosques, campos y zonas agrícolas. La Consejería desarrolla programas de seguimiento y gestión de muchas de estas especies, sobre todo las más amenazadas, para conocer los problemas a los que puedan verse sometidas y minimizarlos.

La singularidad  ornitológica del Espacio Natural de Doñana

Uno de los espacios especialmente relevantes en el ámbito de las aves migratorias es, sin duda, Doñana. El área protegida de Doñana ocupa una extensión de 128.386 hectáreas, que incluyen al Parque Nacional, Parque Natural y zonas de protección. Actualmente conserva algo mas de 35.000 hectáreas de marismas. Estas y los arenales que la rodean son de vital importancia para las aves del ámbito mediterráneo y de la ruta migratoria atlántica y acogen a la mayoría de las especies europeas, bien como reproductoras sedentarias o estivales, bien como invernantes o durante los pasos migratorios.

La singularidad y relevancia de Doñana no solo se debe a la cantidad de especies que alberga, sino también a las cifras de ejemplares registrados de muchas de ellas. Se trata de un mosaico de ambientes que incluyen ecosistemas fluviales, forestales, litorales y marismeños. Además, se encuentra en una posición estratégica, entre dos continentes y dos mares y entre distintos dominios climáticos. Destaca la alta concentración de anátidas en este espacio natural, entre ellos, los cucharas europeos, los ansares comunes, los ánades rabudos, los silbones europeos y abundantes limícolas como la aguja colinegra o el correlimos común.

Entre las aves acuáticas reproductoras destacan por su abundancia especies como el morito común, la garza imperial, la espátula común, la garceta común o la garcilla bueyera, además de la gaviota reidora, la avoceta común, la cigüeñuela común, la canastera común o el fumarel cariblanco.

Con cierta regularidad, los humedales de Doñana han constituido también hábitats propicios para la reproducción de los flamencos, si  bien la nidificación de esta especie en el Espacio Natural no se produce de forma regular. Mención especial merecen especies amenazadas como el avetoro común, la focha moruna, la malvasía cabeciblanca, la garcilla cangrejera, el  fumarel común y la cerceta pardilla, esta última recientemente declarada en peligro crítico de extinción. Otra acuática muy amenazada es el porrón pardo que cría de manera escasa e irregular en Doñana.

Rapaces en peligro de extinción y otras especies

Entre las aves rapaces nidificantes presentes en el Espacio Natural destaca la emblemática águila imperial ibérica, catalogada en peligro por  una población que oscila en torno a la decena de parejas reproductoras.  Esta población es objeto de un seguimiento específico, además de llevarse a cabo determinadas actuaciones como el establecimiento de áreas de tránsito restringido por nidificación, el aporte de alimentación suplementaria a los distintos territorios reproductores o la construcción de plataformas seguras de nidificación. Además, cada primavera se marcan los pollos nacidos y se realiza su seguimiento. En los últimos años han logrado volar en Doñana entre 9 y 16 pollos de águila imperial por temporada. Otra rapaz en peligro es el milano real

En cuanto a aves rapaces reproductoras presentes de forma continuada en Doñana destacan el águila calzada, el águila culebrera, el busardo ratonero, el milano negro, entre otras, mientras que el águila pescadora o el aguilucho lagunero occidental tienen en Doñana su refugio invernal. También encontramos necrófagas tales como el buitre leonado, el buitre negro, el águila moteada, el alimoche, el águila real o el águila perdicera.

Finalmente, no podemos pasar por alto en las playas de Doñana la presencia de la gaviota de Audouin, la gaviota reidora o el charrán patinegro y en la zona de protección del mar litoral las concentraciones de aves marinas en invierno y durante las migraciones. En  cuanto a aves esteparias, destacan  el alcaraván común, la ganga ibérica o la terrera marismeña. Es, además, la última zona comprobada con presencia de torillo en Europa, especie prácticamente extinta en el viejo continente. Por último, el grupo de paseriformes, aves de menor tamaño popularmente conocidos como «pájaros» o «aves cantoras», está bien representado por jilgueros, verderones o verdecillos.