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Se han establecido una serie de recomendaciones higiénico-sanitarias con vistas a la vuelta a su actividad presencial
La Consejería de Salud y Familias realizará test a todos los trabajadores que prestan servicio en los Centros de Atención Temprana de Málaga ante la vuelta de estos centros a su actividad presencial. Además, y para asegurar las condiciones de los pacientes, ha establecido una serie de recomendaciones higiénico-sanitarias.
Así, estos centros, que atienden a población infantil andaluza de 0 a 6 años con determinados trastornos en su desarrollo, deben implementar, entre otras, medidas generales de higiene de sus trabajadores y profesionales, y cuidar la limpieza y desinfección de locales y la disposición de elementos, salvaguardando la distancia social.
Respecto a la comunicación con las familias, se recomienda a los centros retomar la actividad y evaluar la progresiva incorporación a las sesiones de los menores que presenten patologías que puedan suponer un mayor riesgo de complicaciones en caso de infección por coronavirus.
Los Centros de Atención Infantil Temprana no han interrumpido su actividad desde que comenzó la crisis sanitaria, sino que han continuado desarrollándola de forma telemática. En Andalucía, más del 75% de los niños han seguido su evolución con el profesional a través de este sistema, mientras que el 17,5% lo han hecho con llamadas telefónicas. La reapertura de los centros se llevó a cabo el 11 de mayo, tras establecerlo el Gobierno de la Nación, y un 27,7% de los niños ya están recibiendo atención de forma presencial.
En Málaga son 6 los centros que prestan atención presencial desde el día 25 de mayo, y 14 más lo harán a partir del 1 de junio. Estos centros ofrecerán asistencia presencial a un 28,70% de los niños, mientras que el 73,65% restante continuará recibiendo asistencia telemática. Para esta vuelta a la actividad presencial se ha priorizado a aquellos menores que presentan diagnósticos más graves, como parálisis cerebral, prematuridad con complicaciones en el parto, menores con cromosomopatías, signos de alerta de trastorno del espectro autista (TEA), factores graves de riesgo social, y familias con grandes niveles de ansiedad, y se han realizado (de forma telemática) entrevistas, anamnesis y valoraciones a 98 familias para empezar a derivar a los pacientes a los centros.