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La Unidad de Calidad trabaja junto a los servicios más implicados en el tratamiento del coronavirus para identificar mejoras
(Prensa Junta Andalucía) El Hospital Regional Universitario de Málaga ha puesto en marcha un sistema de valoración y análisis de los circuitos asistenciales de atención a pacientes con Covid-19 con el fin de mejorar la asistencia durante el ingreso. Este análisis se enmarca dentro del plan de ‘Hospital Seguro’ en el que trabaja el centro una vez se ha retomado la actividad asistencial no demorable.
La Unidad de Calidad del centro sanitario trabaja desde hace semanas en un Análisis Modal de Eventos y Fallos (AMFE) sobre la atención prestada desde el inicio de la pandemia de coronavirus. Empleada habitualmente en la Estrategia Seguridad del Paciente, esta herramienta pretende identificar mejoras y reducir eventos adversos una vez se obtengan conclusiones.
El abordaje del análisis comenzó hace unos días con la constitución de un grupo de profesionales de las áreas más implicadas y con más experiencia en la atención a los pacientes con Covid-19 del Hospital Regional Universitario de Málaga, en concreto Medicina Interna, Enfermedades Infecciosas, Salud Mental, UCI y Urgencias.
Cada una de estas unidades aportará al grupo la experiencia de su ámbito de trabajo con el objeto de conseguir una visión de conjunto del proceso de atención al paciente en aislamiento por sospecha o confirmación de Covid-19. Para ello dispondrán de una metodología validada para realizar las distintas aportaciones, identificar los puntos críticos y proponer posibles acciones de mejora.
El referente médico de la Estrategia de Seguridad del Paciente del Hospital Regional Universitario de Málaga, Maximiliano Vilaseca, explica que «la aparición de la pandemia Covid -19, y su magnitud, ha provocado la reorientación y reorganización de los servicios sanitarios. En esta situación se hace necesario revisar desde esta nueva perspectiva qué estamos haciendo y qué debemos cambiar en seguridad del paciente, de modo que se refuercen aquellas prácticas que puedan verse más afectadas o en las que se produzca un giro en el abordaje de los procedimientos y adoptemos otras que se han manifestado de nuevo o bien han adquirido mayor importancia», agrega. Por ello, reconoce la importancia de aprender de lo vivido y, de ser necesario, reorientar la estrategia de Seguridad del Paciente.
Por su parte, el referente enfermero de la estrategia, Luis Torres, explica que reflexionar sobre lo que se ha hecho posibilita implantar mejoras de cara al futuro. «Nos hemos enfrentado a una situación desconocida de extrema complejidad, pero también hemos aprendido mucho y muy rápido, es el momento de recoger todas las buenas ideas, y aportaciones de profesionales, asociaciones, usuarios, e incluirlas en nuestro arsenal para que ante cualquier nueva eventualidad nuestra capacidad de respuesta sea mejor, más potente y eficaz», añade. De este modo, recuerda cómo se han incorporado nuevos canales de comunicación entre pacientes y familiares gracias a la implicación del personal. «Entre nuestros objetivos está también abordar el afrontamiento y minimizar también los efectos sobre nuestros profesionales», concluye.
La Unidad de Calidad espera que los primeros resultados del AMFE puedan obtenerse en unas semanas para establecer un cronograma en el que implantar de forma gradual las medidas de mejora. Estas se plantearán por servicios, pero también podrían ser generales, tanto a nivel del hospital en su conjunto como de coordinación entre los principales servicios implicados.