Un Rocío de amor y entrega a los demás en Torremolinos

Un Rocío de amor

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 55 segundos

Sonia de Sousa Batista es la hermana mayor de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Torremolinos; “Ahora comienza la cuenta atrás para un nuevo Rocío, en esta ocasión la espera será aún más larga para todos los rocieros de Torremolinos”.

Este año, hemos vivido un año diferente, ha sido un año distinto. Este año no hemos vivido esas convivencias, ni esos momentos tan especiales como los que se viven en la Romería del Rocío. Este año, caminaremos con el corazón y haremos nuestra penitencia de una manera distinta, este año haremos un Rocío de fe y de esperanza. En esta ocasión, es inevitable no regar mi rostro con un montón de lágrimas cuando me vienen a la mente todos aquellos momentos vividos.

Ahora mismo, una de las cosas más importantes es la Salud, con desesperación a nuestra Madre pedimos que todos nuestros amigos y familiares estén bien y no nos olvidamos tampoco de pedirle a Ella protección para nuestros mayores. Aunque en esta ocasión estamos viviendo un Rocío diferente, pero aunque raro, no es menos especial.

La Junta de Gobierno de nuestra Hermandad ha seguido trabajando desde casa, hemos estado al lado de nuestros vecinos y de las personas más desfavorecidas de nuestro municipio, nos hemos refugiado en la Delegación de Caridad, de la que nos sentimos orgullosos, ya que debido a esta pandemia, hay muchas familias atravesando situaciones realmente extremas y necesitadas que necesitan una mano amiga para ayudarles y animarles en estos momentos.

En ese sentido, toda la Junta de Gobierno y muchos de los hermanos que conforman esta hermandad se han volcado y han colaborado haciendo donativos para que las monjas del Convento del Carmelo hayan podido fabricar más de 6.500 mascarillas y hayan sido más de 2.000 kilos de comida los que desde la delegación de caridad se han repartido entre los vecinos más desfavorecidos de nuestro municipio.

Toda la ayuda es poca, y nuestra hermandad ha estado a la altura. En esa labor de entrega a los demás también hemos vivido un Rocío, pero un Rocío de amor y de entrega a los demás.

A los rocieros, nos gustan mucho las reuniones de amigos y compartir, y que mejor forma de compartir, que ayudando a los demás. Sinceramente pienso, y en este estado de alarma lo he pensado en multitud de ocasiones, que tal y como dijo San Juan Pablo II en su visita al Santuario de la Virgen del Rocío, “ojalá todo el mundo fuese rociero” y yo añadiría que “ojala todo el mundo fuese rociero y entendiese lo importante que es compartir y basar nuestra fe en la caridad”. Es reconfortante y gratificante.

La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Torremolinos es una hermandad de la que siempre me he sentido orgullosa, antes como hermana, después como delegada de caridad y ahora como Hermana Mayor. Tengo que decir, que  ese orgullo crece cada día que pasa.

Quiero terminar con unas palabras que me reconfortan mucho y que creo tenemos que grabar en nuestros pensamientos y en nuestro corazón: “Una Madre nunca abandona a sus hijos y Ella siempre espera”

Así que volveremos pronto para estar con ella, cuando ella quiera, como quiera ella y donde quiera ella, porque el Rocío hay que vivirlo todo el año y no tan solo en la romería.

Como buenos hijos, ella nos ha dicho que tenemos que esperar y así lo haremos.