«El ghetto de Varsovia de Miriam Wattenberg, Mary Berg»

El Diario de Miriam Wattenberg, Mary Berg - Wikipedia

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Miriam Wattenberg, Mary Berg, Lodz, Polonia, 1924, York, Pensilvania, 2013 escribió entre 1939 y 1944, el libro titulado El ghetto de Varsovia, un diario de una adolescente.

– Todos estos diarios redactados en esta época, y en esta situación nos sitúan frente al problema del mal y la angustia y el sufrimiento, visto por adolescentes, algunos terminaron en campos de exterminio, otros, menos, pudieron exiliarse en otros países. Muchos de estos diarios se habrán perdido, otros, quizás queden en algún rincón de alguna cajón.

Pero estamos hablando de la condición humana. Han pasado décadas, y no entendemos y comprendemos este genocidio, tampoco los otros que de una manera o de otra, se produjeron en otras geografías, con unas banderas o con otras.

Estamos intentando, no solo respetar este libro y su autora, y todos los que tuvieron que pasar en un lugar del mundo o en otro, este calvario o similar, sino también abordar el problema del mal, de este mal tan radical, que representa lo que sucedió en Centroeuropa en los años finales del treinta y primeros del cuarenta.

Este libro fue publicado en 1945, la autora siempre intentó vivir y existir en Estados Unidos, en la sombra y en el anonimato. Realidad entendible, porque toda persona que se enfrenta al mal y a un mal radical, un mal no solo individual, sino colectivo, y no durante unos días, sino meses y años, cambia su estructura de entender el mundo. Quizás, jamás puedan entender y comprender el mundo, aunque intenten adaptarse al mundo. Pero posiblemente, ese mal es tan profundo que nunca más volverán a evolucionar de una forma normal, aunque por eso mismo, siempre sigan las leyes morales y jurídicas de su sociedad…

– ¿La gran pregunta es como pudo surgir en Centroeuropa esta locura de la shoah, cómo el país más culto, posiblemente del mundo y desde luego de Europa pudo, no toda la sociedad, sus dirigentes crear un «monstruo» como la llamada Solución Final?

¿Podríamos indicar, que una sociedad, ante una serie de acontecimientos luctuosos-angustiosos-sufrientes en grado máximo, es decir, toda la crisis del 29 y sus consecuencias, por temor a la reacción del Este, por angustia y por hambre se «echa en manos de un sistema sociopolítico no-democrático»?

¿Y, éste, en el poder, por razones o motivos o causas, que habría que estudiar, las docenas de ellos, producen un conflicto militar europeo, y al mismo tiempo, deciden el genocidio, esencialmente de un pueblo, de once millones de personas en aquel momento en Europa de las que terminaron con seis, niños, ancianos, adultos, bebes, fetos…?

¿No estamos hablando de las consecuencias de Cesar en las Galias, de las actuaciones de Alejandro Magno, ni de Gengis Khan, ni de Napoleón, ni de Tamerlán, ni de…? ¿Sino de un fenómeno que sucedió hace dos generaciones o tres, si quieren, hace ochenta años…?

No voy a recordar ahora aquí las explicaciones del mal de Platón, de Agustín de Hipona, de Tomás de Aquino, de Leibniz, de Arendt, pero si querría, que en este enorme complejo de ecuaciones y de variables, que algún organismo o entidad, que estudia estos temas, sean departamentos universitarios, sean museos o fundaciones o centros que analizan alguno de los genocidios, por ejemplo, el Yad Vashem que creen un minidepartamento y que vayan recogiendo de todos los testimonios posibles, todas las causas, pequeñas o grandes, que cualquier persona haya ido pensando o viendo o percibiendo. Y que al final, si son diez causas, cincuenta o setenta. Se analice una por una, y sus combinaciones. Porque en unas geografías pudieron ser unas, y en otras personas, fuesen otras.

Si no analizamos lo pequeño, por ejemplo, narra Arendt en el libro de Eichmann en Jerusalén, que en algunas zonas, cuándo los judíos fueron deportados de sus casas, los vecinos y convecinos, iban a esos hogares y se llevaban lo que podían. Esto es un ejemplo, esto no es la causa del genocidio, pero si es un motivo secundario o terciario.

Pienso que en este tema, como en todos, hay que tener una mente científica, es decir, recoger todos los datos, todos los hechos, todas las especies vivas de un nicho ecológico. Posiblemente, una causa de este mal radical, sea que el Dirigente Máximo de este movimiento, tuvo problemas de maltrato en su infancia, por parte de su padre, que a su vez, pudo ser heredero de un abuelo judío, quizás estaba enamorado de su sobrina que se quedó embarazada de un presunto judío, quizás su odio a los judíos de Viena, quizás su odio-rencor por no entrar en la Escuela de Bellas Artes, cuánto habría ganado el mundo si le hubiesen dejado cursar sus estudios, quizás…, quizás como dirían los exorcistas católicos padre Amorth y el padre Fortea estaba «satanizado».

Si recogemos, estimo, docenas de causas o motivos, una especie de torbellino de ideas, de escritos, de testimonios, de miles personas diferentes, de pensadores, de los que lo sufrieron y de los que después lo pensaron, quizás, podríamos crear un panorama más completo de este «mal radical». Y, después, basándonos en esas razones, combinado con estudios y teorías y concepciones, quizás ser capaces de indagar en el enorme pozo de este mal, y por extensión de otros genocidios, y por tanto del problema del mal. Y, de ese modo, tener una base seria y profunda, para que esto, de una manera o de otra, no se vuelva a repetir…

De momento, podría usted leer este Diario de esta autora, o quizás, alguno de las dos docenas que yo conozco existen de este tiempo. Porque estamos en tiempos convulsos, Dios quiera y quieran los hombres, no volvamos a repetir la historia, sea con una bandera o sea con otra… Paz y bien.

http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm  © jmm caminero (09-10 junio 2020 cr).

Fin artículo 2.139º: «El ghetto de Varsovia de Miriam Wattenberg, Mary Berg».

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