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Lo que se ha dicho hasta ahora del Bitcoin se puede traducir en otras monedas virtuales: Ethereum, Ripple, Litecoin, Neo, Cardano, Stellar, Eos, Nano… por mencionar solo las más populares y fuertes.
El sistema fue enriquecido con apéndices adicionales, como por ejemplo, la ICO (Initial Coin Offers, en español Oferta Inicial de Monedas), la cual se basa en la tecnología de contratos inteligentes (“smart contracts”) que, a su vez, se basan en la tecnología de los DLT, es decir, los registros distribuidos o compartidos, al igual que las criptomonedas. Es un instrumento financiero que sigue la estructura de las ofertas de adquisición. Sin embargo, normalmente los fondos no son usados para aumentar el capital de la compañía, sino para financiar una actividad start-up. En la práctica, el promotor del proyecto publica un libro blanco, o “white paper”, en el cual se definen todos los aspectos de la propuesta, en particular los relativos a lo que el suscriptor podrá tener después del pago de dinero (también virtual). Este ‘crédito’, llamado ‘token’, que viene en forma de un archive, puede ser entonces libremente transferido. Usualmente estos préstamos se hacen a través de la criptomoneda Ethereum (la cual, por ende, no es emitida a través de una actividad similar a la de los ‘mineros’ de bitcoins).
Usos de la moneda virtual: riesgos y oportunidades
Pero, en la práctica, quizás te preguntes: ¿Cómo puede ainutoken.net comprar y vender criptomonedas? Existen dos formas: dado que la moneda virtual es, en esencia, una contraseña, el comprador puede reunirse físicamente con la persona que la tiene y pagar por ella en moneda tradicional (en Francia, algunos estanqueros se reúnen para vender bitcoins). La otra forma es inscribirse en una plataforma de trading y comprarlos con un depósito de dinero. Lo que obtienes conforma el ‘portafolio’, al igual que cualquier otra garantía financiera. Este ‘monedero’ puede ser almacenado directamente en la plataforma (la cual, como se ha mencionado, puede ser ‘asaltada’) o en un medio externo (como una especie de llave inteligente).
Durante el periodo de retención, las monedas virtuales pueden ser usadas para hacer pagos o intercambiadas con otras monedas virtuales para propósitos especulativos (lo cual pasa normalmente), para finalmente ser convertidas a monedas tradicionales (a la persona que convierte monedas virtuales en otras monedas y viceversa, se le llama ‘exchanger’). En cuanto a los pagos, hay plaza para esto tanto entre individuales privados y el público: en Ohio, Estados Unidos, por ejemplo, las empresas pueden pagar impuestos con bitcoins.
El papel de la moneda virtual
En este sentido, la moneda virtual es tanto una moneda como un instrumento financiero y, al mismo tiempo, no es ninguno de los dos: no es un instrumento financiero puro y no ha sido reconocida como tal, y no es una moneda porque su valor está expuesto a la volatilidad del mercado y, además, no está sujeta a una autoridad central.
La nueva moneda, dado que no está controlada, puede ser usada para propósitos que no siempre son ‘limpios’. Esto ha permitido, por ejemplo, que los chinos burlen la prohibición de convertir el Yuan en moneda extranjera, que los criminales vendan ilegalmente drogas y armas en la deep web o la dark web, o la solicitud de pagos de rescates para ‘liberar’ ordenadores bloqueados o archivos sensibles que fueron ‘secuestrados’.
El Parlamento Europeo también se ha enfocado en este tema. En la Resolución del 26 de mayo de 2016, ha explicado los riesgos intrínsecos de las monedas virtuales: la ausencia de estructuras para la protección de los usuarios y el funcionamiento del sistema, la alta volatilidad del mercado, la incertidumbre legal, el consumo de energía, efectos potencialmente negativos sobre los servicios financieros ordinarios de los mercados, las potenciales limitaciones a la efectividad de las políticas monetarias y la posibilidad de transacciones en el mercado negro. Ante esto, el Parlamento Europeo sugiere que es necesario que los Estados desarrollen un marco legal sólido pero. Sin embargo, indica que esto se debe hacer sin una regulación temprana de un fenómeno que todavía está evolucionando, el cual pudiera verse obstaculizado por una legislación inapropiada. Esto porque este fenómeno pudiera llevar a resultados decididamente positivos, como por ejemplo, la reducción de los costos de transacciones y pagos y su rastreabilidad.
De cualquier forma, la moneda virtual demuestra la posibilidad de agregación incluso fuera de la institución establecida, demostrando en este sentido la fortaleza intrínseca de la moneda para este propósito; es una fuerza que ha apostado por la unificación de Europa.