Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 12 segundos
(Comunicación SURVIVAL) Según se ha informado, dos hombres yanomamis han sido asesinados por mineros de oro en el norte de Brasil, mientras que la desenfrenada fiebre del oro que sacude la región lleva muerte, enfermedades y contaminación al mayor pueblo indígena relativamente aislado de América del Sur.
Las víctimas pertenecían a la comunidad de Xaruna, cerca de la frontera con Venezuela y junto a un afluente del río Uraricoera, el epicentro de la fiebre del oro en la región.
En 1993, un enfrentamiento similar desencadenó una oleada de violencia que culminó con la masacre de Haximu, donde 16 yanomamis fueron asesinados. Los tribunales brasileños declararon la masacre como un acto de genocidio.
Además de la violencia, los mineros han propagado la COVID-19 por el territorio yanomami. Varios yanomamis han muerto y decenas se han infectado. Los temores por la devastación que la enfermedad puede significar para su pueblo ha llevado a varias organizaciones yanomamis, incluida Hutukara, a lanzar la campaña #ForaGarimpoForaCovid a principios de junio.
En un comunicado Hutukara declara: “El asesinato de dos yanomamis más por mineros debe ser investigado rigurosamente, y refuerza la necesidad de que el Estado brasileño actúe con urgencia para expulsar inmediatamente a los garimpeiros [mineros de oro] que están explotando ilegalmente la Tierra Yanomami y acosando y atacando a las comunidades indígenas que viven en ella. Pedimos a las autoridades que adopten todas las medidas necesarias para impedir que la minería siga costando las vidas de yanomamis”.
La directora de investigación y campañas, Fiona Watson, que lleva 30 años trabajando junto a los yanomamis y ha visitado su territorio en numerosas ocasiones, declaró hoy: “Lo que estamos viendo ahora es una escalofriante repetición de las condiciones que condujeron a la masacre de Haximu hace 27 años: un cóctel mólotov formado por una fiebre del oro desenfrenada, enfermedades, destrucción de la selva, contaminación de los ríos y mineros intentando asesinar a cualquier yanomami que se interponga en su camino. La presión pública es crucial en estos momentos para forzar al Gobierno a actuar y expulsar a los mineros. El futuro de los yanomamis depende de ello. Por favor, firmen su petición .”