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“Tuya es la hacienda, la casa, el caballo y la pistola.
Mía es la voz antigua de la tierra”.
León Felipe
Confieso el delito y pido perdón. El título del artículo es una letanía de siglas. Y reconozco que el verdadero título debería ser: ‘las oligarquías, española y extranjeras, contra la inmensa mayoría de la gente de España’. Dicho lo dicho pasemos a los hechos. Como diría hoy en día don Quijote de la Mancha a Sancho Panza ‘otra vez, amigo Sancho, con el Banco de España (BdE) nos hemos topado’. Pero en un partido -o en una lucha- lo primero, y punto clave, es por quien se toma partido. Después vienen los análisis, el trabajo en equipo y la técnica.
Hay dos equipos. Un equipo a favor del aumento del principal impuesto indirecto, el IVA, que grava fundamentalmente el consumo de la mayoría de la población. Otro equipo a favor del aumento de los impuestos directos de Sociedades e IRPF a la banca, los oligopolios y las grandes fortunas. ¡Señores y señoras, tomen partido! Pero, por favor, no se despisten, recuerden a qué clase social pertenecen. Si pertenecen a una de las que forman la inmensa mayoría -sean pequeña y mediana empresa, sean autónomos, trabajadores, pensionistas o cualquier otro sector popular- agudicen la vista y el oído. Porque el primer equipo va de medias verdades en medias verdades, de mentira en mentira, para confundirnos, para esconder que representa a la oligarquía y al gran capital extranjero.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha declarado que hay que revisar los tipos más bajos del IVA, llamados reducido y superreducido, que se aplican a los productos que se ha aceptado que son de primera necesidad o de importancia para la mayoría de los consumidores. Según Cos sería su medida estrella para aumentar los ingresos fiscales y enfrentar la elevada deuda pública y el déficit debido a las medidas económicas para hacer frente a la pandemia sanitaria.
Cos, en su comparecencia ante la Comisión de Reconstrucción Social y Económica del Congreso, ha lanzado sus medias verdades. Primero, ha afirmado que en el sistema impositivo español existen muchas de bonificaciones fiscales que reducen de forma drástica lo que se debería pagar; y que en España se recauda menos que en otros países europeos, achacándolo a que la imposición sobre el consumo es más baja, y por ello hay que subir los tipos reducido y superreducido del IVA.
La verdad completa, es decir, la verdad ocultada con esa media verdad es que como desveló, ante la misma comisión, el presidente de Gestha, Carlos Cruzado, el sistema impositivo en España tiene una insuficiencia recaudatoria debido a una preocupante falta de equidad y a un problema de fraude. Es decir, se recauda cada año más de cinco puntos menos a través de los impuestos que la media de la Unión Europea, lo que suma entre 65.000 y 70.000 millones de euros anuales. Pero debido a la escasa recaudación del impuesto de sociedades, que grava los beneficios de las empresas y que en la actualidad solo recauda la mitad de lo que recaudaba en 2007, antes del inicio de la crisis.
Y además frente a la media verdad del señor Cos, el señor Cruzado dice la verdad completa, contraponiendo la pérdida de ingresos en el impuesto de sociedades con la recuperación del nivel recaudatorio del IVA, que ya ha alcanzado la cifra previa al derrumbe por la crisis de 2008. El IVA es un impuesto indirecto que grava duramente el consumo de la inmensa mayoría de la población española. Oxfam Intermón ha cuantificado en 700.000 el número de nuevas personas pobres en España. Pues todas ellas más el resto ya existente pagan el IVA cada vez que hacen la más mínima compra de productos de primera necesidad. Mientras 23.000 millonarios han aumentado sus fortunas en 19.200 millones de euros durante los 80 días que ha durado el estado de alarma casi sin pagar ni un euro de sus ganancias por el impuesto de Sociedades y el IRPF.
Por ello, el presidente de Gestha también afirmó que hay margen para subir las tipos máximos del IRPF sin perjudicar el crecimiento económico, por ejemplo, con tres nuevos tramos a partir de 125.000, 175.000 y 300.000 euros de rendimiento anual a los que habría que aplicarles esa subida del porcentaje a pagar. Porque, como Oxfam Intermón ha declarado, es necesario aplicar una fiscalidad progresiva, dado que la desigualdad en España se puede multiplicar por ocho, que los que menos tienen perderían ocho veces más dinero del que tienen los más ricos. Para ello hay que gravar a las grandes fortunas con un impuesto temporal sobre los beneficios empresariales extraordinarios, y reformar los impuestos de patrimonio, del IRPF y de sociedades.
Porque con los datos del señor Cruzado -que esconde el señor Cos- los oligopolios tributaron entre 2007 y 2016 un 6,37% de sus ganancias, frente al 16% de las pequeñas y medianas empresas. Y en 2018, fue un 5,69% por los oligopolios frente al 15,14% de las pequeñas y medianas empresas. Es decir, casi tres veces más.
Entonces, ahora lo entendemos, las medias verdades del señor Cos se deben a que defiende los intereses de las empresas del Ibex35. En España existen 3.108 empresas que cotizan en bolsa. Pero el valor bursátil del Ibex-35 -los 29 mayores oligopolios junto a los 6 principales bancos- es más de 17 veces superior al de las otras 3.073 empresas. El Ibex-35 expresa el grado de concentración monopolista en España y les permite imponer a toda la sociedad tributos en su provecho.
No es solo un expolio a las familias, también al conjunto de empresas. A través del cual los bancos se apropian de una parte importante de la ganancia capitalista. Por ejemplo, los intereses que los empresarios españoles pagan a los bancos doblan la media europea; las grandes eléctricas suben artificialmente el precio de la luz -el más caro de Europa, un 49% por encima de la media-; y las grandes petroleras pactan subidas de precios en los momentos donde la demanda es mayor.
Y no son “una trama fuera de la ley”. Son la clase dominante, tienen el poder. Y han ido imponiendo distintos tributos a través del dominio del Estado, como el rescate bancario, el pago del déficit tarifario a las eléctricas, el rescate de las autopistas de peaje, etc. Y este poder financiero y oligopólico ataca también a las pymes y a los autónomos, que asumen el 94% del empleo en España. En 2006 obtenían el 20,2% de todo el beneficio empresarial, en 2016 descendió hasta el 7,3%, y ahora es solo el 7%. Por el contrario, la parte de la ganancia empresarial que se apropian los grandes bancos y oligopolios se ha disparado en ese mismo periodo desde 63% al 83%.
Y, finamente, lo que el señor Cos nos oculta es que los números evidencian el peso decisivo del gran capital extranjero en España. Las filiales de empresas de capital extranjero concentran el 14,7% del empleo (1,6 millones de trabajadores); el 30% de todas las ventas en España (554.000 millones en 2019); acumulan el 38,4% de toda la inversión en I+D+i; representan el 41% de toda la inversión empresarial; y controlan el 44% de las exportaciones españolas.
El capital extranjero posee el 48,1% de la bolsa española, diez puntos más que hace una década, y se concentra en el Ibex-35. Lo que significa que el capital extranjero se apropia de casi la mitad de los beneficios distribuidos por bancos y oligopolios españoles. Las firmas del Ibex-35 repartieron la última década 300.000 millones de euros en dividendos, 143.000 de los cuales acabaron fuera de España. Y, además, supone un control decisivo del capital extranjero sobre los casi 4 billones de activos que poseen las empresas del Ibex-35. Y ese capital foráneo está encabezado por grandes fondos de inversión, especialmente norteamericanos, como BlackRock, Fidelity, CVC, Vanguard, los fondos del gigante bancario JP Morgan Chase, etc.
Se nos oculta permanentemente que los centros de decisión sobre nódulos fundamentales de la economía española están fuera de nuestras fronteras. Y eso implica también que son actores exteriores quienes se apropian de una parte sustancial de sus recursos. En realidad es el IBEEx, es decir, el Índice Bursátil Español y Extranjero, más extranjero que español, en realidad.
“You just don’t ask for mercy
While you’re still on the stand
There s a Law, there’s an Arm, there’s a Hand”
Leonard Cohen
Eduardo Madroñal Pedraza