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El destacado conservacionista keniano y consultor de Survival International, el Dr. Mordecai Ogada, ha sido amenazado por guardias armados y acusado falsamente de “caza furtiva”.
(Comunicación Survival) El sábado 18 de julio Mordecai Ogada, acompañado de sus hijos, conducía por una carretera pública al noroeste de Nanyuki (en la región del Monte Kenia). En un momento dado pararon para ver a unos animales, cuando se les acercó un vehículo conducido por un guardaparques armado de la “zona de conservación” vecina Ol Jogi. El guardia les dijo que siguieran adelante y que no se les permitía tomar fotografías, a lo que Mordecai se negó. El guardia pidió entonces refuerzos por radio y, apuntando con su rifle directamente a Ogada y a los niños, les espetó: “Los cazadores furtivos son gente como ustedes”. Rápidamente llegó otro vehículo con más guardaparques armados. Antes de marcharse, Ogada les retó a disparar.
El Dr. Ogada, escritor y profesor universitario, ha presentado una queja formal ante el Ministerio de Turismo y Vida Silvestre, que ha pedido hoy una investigación sobre el incidente.
Ol Jogi es una de las casi 60 “zonas de conservación” privadas de Kenia. Situada en tierras que usaban los pastores masais y samburus, gran parte del territorio alrededor de Nanyuki les fue arrebatado. Después de 1920, cuando Kenia se convirtió en colonia británica, la Corona cedió este territorio a los colonos. En los 90 cayó la rentabilidad de la actividad agrícola y muchos de estos parajes se convirtieron en áreas para la “conservación” de la fauna salvaje, con el apoyo de la ONG estadounidense The Nature Conservancy.
Ol Jogi es uno de los muchos complejos que construyeron alojamientos de lujo y una pista de aterrizaje en su interior y que traslada directamente a los turistas desde el aeropuerto internacional de Nairobi. La estancia mínima cuesta 34.200 dólares a cambio de una imagen del “África salvaje” que es en parte inventada. Muchos de los animales que se encuentran en la reserva, incluidos los rinocerontes, los han llevado de otras zonas (incluso de Sudáfrica). Ol Jogi cuenta con el apoyo de Save the Rhino International.
Stephen Corry, director de Survival, que conoce dónde tuvo lugar el incidente, ha declarado: “Muchas de las llamadas ‘conservancies’ son feudos para ultrarricos que se hacen pasar por zonas de conservación. Son las últimas manifestaciones de un ecofascismo que ha estado en el centro de la conservación colonial en África durante un siglo. Muchos de los llamados “cazadores furtivos” son en realidad habitantes locales que se dedican a sus negocios legítimos. En algunas zonas pueden estar recolectando plantas medicinales o cazando para alimentar a sus familias. En Kenia central es probable que sean pastores que tratan de usar sus pastos y rutas tradicionales para el mercado. Las amenazas sufridas por Mordecai Ogada revelan un escándalo que es necesario poner al descubierto, sobretodo ahora que las grandes ONG dedicadas a la conservación quieren convertir el 30% del planeta en ‘áreas protegidas’, lo que entrañará más robos de tierras, más militarización y empobrecerá a cientos de millones de personas. Despertará una oleada de indignación tal que podría llevar al fin de la conservación en África”.