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Las personas que padecen esta enfermedad neurológica a menudo presentan otras comorbilidades asociadas a una forma más grave de Covid-19 como la hipertensión arterial
(Prensa Junta Andalucía) Investigadores del Hospital Regional Universitario de Málaga y del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) han asociado, gracias a un estudio transversal observacional realizado en el centro malagueño, que los pacientes con epilepsia activa y edad avanzada tienen más riesgo de letalidad en caso de ingreso por Covid-19. Este estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista Neurology, una de las de mayor impacto a nivel internacional en el campo de la Neurología Clínica.
Pertenecientes a los servicios de Neurología y Reumatología del centro sanitario, estos profesionales han tratado de identificar a todos los pacientes mayores de 14 años con epilepsia activa -que hayan padecido alguna crisis en los últimos 5 años o bien que estuviesen en tratamiento con fármacos antiepilépticos- que hubiesen acudido a las Urgencias del Hospital Regional Universitario de Málaga con sospecha de coronavirus. El neurólogo e investigador principal de este estudio, Pablo Cabezudo, explica que el objetivo de la investigación era averiguar si estos pacientes padecían con mayor frecuencia Covid-19 que el resto de la población.
«Queríamos saber si la COVID-19 era más frecuente o más grave en pacientes con epilepsia activa así como determinar qué posibles factores en estos pacientes podían hacer que padecieran una forma más grave de la enfermedad», explica Cabezudo, que relata que se han basado en el concepto de la ‘letalidad’, es decir, en la probabilidad de fallecer en el caso de padecer la enfermedad.
En este sentido, el equipo investigador ha observado que padecer epilepsia activa es un factor de riesgo en caso de ingreso hospitalario por COVID-19. «No obstante, debe tenerse en cuenta que estos hallazgos probablemente no se deban directamente a la epilepsia, los pacientes con epilepsia presentan de manera más frecuente otras comorbilidades somáticas con evidencia de estar asociadas a una mayor gravedad de COVID-19, como la hipertensión arterial». También debe tenerse en cuenta que los pacientes fallecidos por COVID-19 que padecían epilepsia, al igual que en el resto de la población, solían ser pacientes de edad avanzada, muchos de ellos vulnerables y con patología cerebral grave como causa de su epilepsia.
Entre otros hallazgos, el equipo de Neurología del Hospital Regional de Málaga ha descartado que la letalidad estuviese relacionada con los fármacos empleados para tratar la epilepsia.
En cuanto a la posibilidad de que los pacientes con epilepsia puedan prevenir las complicaciones de la COVID-19, Cabezudo recuerda que los factores de riesgo asociados a un peor pronóstico que tienen mayor evidencia serían la hipertensión arterial, la diabetes o fumar. «Nuestra recomendación a los pacientes con epilepsia, al igual que al resto de población, es la de controlar estos factores; y a los profesionales sanitarios que atiendan pacientes con COVID-19 que consideren a los pacientes con epilepsia activa, sobre todo aquellos de edad avanzada, hipertensos y frágiles especialmente susceptibles de una enfermedad por COVID-19 grave», concluye.
El servicio de Neurología del Hospital Regional de Málaga realiza cada año más de 4000 asistencias ambulatorias a pacientes con epilepsia activa, de las que aproximadamente un 50% corresponden a pacientes con epilepsia refractaria. El perfil de la persona que padece esta patología normalmente crónica es variable, pudiendo debutar en la niñez o bien en edades avanzadas de la vida. El tratamiento de la epilepsia se basa fundamentalmente en los fármacos antiepilépticos, aunque en casos refractarios debe valorarse la posibilidad de un tratamiento quirúrgico. Durante los meses más críticos de pandemia de COVID-19 el centro sanitario ha atendido a más de dos decenas de pacientes con epilepsia que habían resultado contagiados del coronavirus.
La Unidad de Epilepsia del Hospital Regional está constituida por facultativos especialistas en Neurología, en Neurofisiología y en Neuropsicología que trabajan de forma coordinada en la asistencia ambulatoria y hospitalaria, incluida la monitorización prolongada video-EEG, que recientemente ha ampliado su capacidad a dos camas. Esta Unidad, en coordinación con los servicios de Neurocirugía, Radiología, Medicina Nuclear y Psiquiatría así como con el centro CIMES de la Universidad de Málaga, desarrollan un programa de Cirugía de la Epilepsia ofertado para pacientes con Epilepsia refractaria de toda la provincia de Málaga y la ciudad autónoma de Melilla.